Hallar la felicidad sigue siendo el gran objetivo de todos los seres humanos. Aunque no se trata de un momento único, sino la suma de distintas elecciones que nos aportan mayor o menor bienestar, buscarla, como quien busca un tesoro, nos mueve dia a día.
Mientras algunos expertos centran la felicidad en la práctica de algunos hábitos que llevan a la mejora del estado físico y mental, otros van más allá y se centran en aspectos emocionales. Gad Saad es uno de ellos. Este psicólogo y profesor de la Universidad de Concordia (Canadá) compartió en el podcast de Steven Bartlett 'Diario de un CEO' cuál es, a su juicio, el secreto de la preciada felicidad.
Frente a valores consolidados, como son la buena salud, la seguridad del entorno y tener cubiertas las necesidades básicas -la base de la famosa pirámide aspiracional de Maslow-, hay algo mucho más concreto que tiene un impacto enorme: elegir nuestro compañero de vida y elegir nuestra profesión.
Para este experto, la vida es pura estadística. "La vida es un juego estadístico. Y, desde ñuego, hay caprichos estadístico. No fumar no garantiza no tener cáncer de pulmón, pero fumar incrementa las posibilidades de padecerlo. Con la felicidad, todo lo que podemos hacer es aumentar las probabilidades de alcanzarla", explica. Con este planteamiento estadístico, Saad da con los dos eventos vitales a los que dedicamos más tiempo: la pareja y el trabajo.
Aunque algo más del 50% de los matrimonios se acaban separando en España, según un estudio elaborado por el Observatorio Demográfico CEU, la mitad permanece junta hasta el fallecimiento de los cónyuges. Teniendo en cuenta que la edad media para contraer matrimonio es de 34 años y que la esperanza de vida media está en los 84 años, tenemos por delante 50 años de convivencia: mucho tiempo para estar a disgusto.
En cuanto al trabajo, ocurre algo parecido. Para obtener la jubilación en España, al margen de circunstancias concretas, hay que haber cotizado casi 37 años para tener una pensión, un tiempo nada despreciable.
"Vamos a explicarlo de forma muy simple: si me despierto al lado de una persona en la cama y digo 'Oh, maldita sea, esta persona otra vez no', no habré tenido un buen comienzo, pero si me despierto al lado de una persona y digo 'Oh, Dios mío, ¿cómo lo logré? Qué placer despertar al lado de esta persona', bueno, eso es bueno". De esta manera tan gráfica describe Gad Saad en qué se traduce haber encontrado el compañero de vida perfecto.
El experto también reveló que el secreto de un matrimonio feliz es tener los valores fundamentales alineados. "Los pájaros del mismo plumaje vuelan juntos", asegura el psicólogo. Compartir los valores es un factor de protección frente al desgaste natural de la relación. "Las 'mariposas en el estómago' y las hormonas no duran. Eso no significa que no te sigas sintiendo atraído sexualmente por tu pareja 25 años después, pero eso no va a hacer que el tren se detenga", añade. El combustible que alimenta esa relación no es la pasión, sino la construcción de la propia pareja y de la unidad familiar.
Saber elegir el entorno laboral es complicado porque es una decisión que suele tomarse durante la adolescencia. En la mayoría de los casos, suele haber una discrepancia entre la vocación (cuando la hay) y lo que el entorno cree con más posibilidades de empleo. Por otra parte, en algunos casos suele haber una romantización de los puestos de trabajo. Por esta razón, saber qué comporta realmente una profesión es muy valioso si queremos disfrutar de una vida llena de propósito.
Saad explica así por qué es tan importante la unión de pareja y empleo para conseguir la felicidad: "Después de despertar con esta encantadora persona, salgo y hago cosas en mis actividades diarias que me hacen tener alegría existencial, qué gran día... Todo me da mucho propósito y significado", concluye el experto.