Aura tiene 73 años y es de Perú. Llegó a nuestro país cuando tenía 33, la misma edad de Luz ahora, la joven que semanalmente pasa una tarde con ella para hacerla compañía. Es una de las voluntarias de Amigos de los Mayores, una fundación que lucha contra la soledad de la tercera edad por medio del acompañamiento telefónico y presencial, tanto en domicilios como en residencias. Aura tiene cuatro hijos y, aunque viven en España, todos tienen su familia y algunos están fuera de Madrid.
Una situación que ha complicado y mucho que puedan visitarla sobre todo los meses en los que los cierres perimetrales limitaban el movimiento. "Soy de Barcelona y allí ya colaboraba con la ONG, al venirme a Madrid, la coordinadora de aquí me asignó a Aura porque vivíamos cerca, ambas en Arganzuela. Aunque yo vivo en Puerta de Toledo y ella en Legazpi, suelo ir caminando a su casa siempre que quedamos", nos cuenta Luz.
El 41% de las personas mayores manifiesta un aumento de su sentimiento de soledad durante la pandemia y el 59% se ha sentido más vulnerable con la llegada de la covid-19. Aura solía ver a su familia todos los fines de semana, pero 2020 se le ha hecho especialmente cuesta arriba. Vive sola y se mueve en silla de ruedas. Pese a ser totalmente independiente, va sola a los médicos, coge el autobús, el metro y está incluso apuntada a la escuela de mayores – donde se pelea con las matemáticas-, mantener durante meses relaciones simplemente telefónicas le han pasado factura.
"Me sentía sola y un día me enteré de que existía este servicio de apoyo y, gracias a él, he conocido a Luz. Nos entendemos, charlamos, salimos de paseo o a exposiciones. Hacemos muchos planes improvisados, tomamos algo en una terracita y me ayuda a estudiar, estoy muy contenta con ella", explica Aura.
Según el informe El impacto de la covid-19 en el sentimiento de la soledad no deseada de las personas mayores, una iniciativa de la Fundación Amigos de los Mayores, más de un 60% de personas mayores de 65 años sufre soledad no deseada en España, disparándose el dato en mujeres al llegar casi al 70%. Precisamente estos datos fueron los que movilizaron a Luz. "Me decidí a ser voluntaria al ver la cantidad de gente que estaba muy sola y, a la vez, al ser de fuera y no poder pasar tiempo con mi familia, pensé en todos aquellos que no tenían a sus hijos consigo.
Me apunté en enero de 2020. Durante los primeros meses, estaban buscando tanto voluntarios como gente mayor y, después, nos encerramos todos en casa y el tema Residencias de mayores ha sido imposible hasta hoy. Durante el tiempo de pandemia, hacíamos cursos y nos preparaban para el acompañamiento. En octubre conocí a Aura y la relación es buenísima".
Aura es muy querida en su barrio, saluda a tenderos y vecinos y ni la silla de ruedas ni los años le han quitado las ganas de vivir. Cada semana va natación, incluso nos cuenta que tiene pendiente que Luz vaya con ella un día, y sus jornadas son de lo más entretenidas entre unas cosas y otras.
"En mi entorno veo a mucha gente que está sola, cuando voy a comprar o a misa, yo siempre les recomiendo que hablen con la fundación para que les pongan en contacto con alguien, como a mí con Luz, es un apoyo enorme. Además, de cara al verano, me ha dicho que lo mismo hay encuentros con otros mayores y sus acompañantes”, nos cuenta Aura.
Más allá de una lucha contra la soledad, lo que tienen Aura y Luz ahora es una relación de amistad y cariño. Durante estos nueve meses que llevan juntas ya han tenido tiempo de conocerse bien. "Para mí es mi amiga y no siento la diferencia de edad de los 40 años que nos separan, tengo mucho que aprender de ella”, asegura Luz. Aura es pura vitalidad, siempre con una sonrisa como carta de presentación, nos confiesa, incluso, que está deseando presentar a Luz a su familia.
"Nos compenetramos muchísimos y nos gusta hacer cosas sobre la marcha, improvisadas, yo muchas veces dependo del trabajo y ella se adapta a todo. Es fácil y accesible. Me gustaría pedir que todo el que se sienta solo haga como Aura, somos muchos voluntarios y queremos transmitir que ahora, estar solo es una elección", concluye la joven.