Nadie está preparado para la muerte de un hijo. Es el mayor dolor que como padre o madre se puede experimentar. Más aún cuando viene tras un proceso complicado y largo luchando contra una enfermedad como es el cáncer. Tras conocer la noticia de que Álex, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio ha fallecido a los 27 años nos preguntamos cómo afrontar psicológicamente una pérdida así.
Según la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO), las reacciones son similares a otras pérdidas, pero con el incentivo de que el ser humano no está preparado para vivir más que sus descendientes. Desde ASCO hablan de un primer periodo de trauma intenso, confusión, rechazo hasta llegar a la negación. También es común experimentar culpa extrema, cuestionarse las creencias espirituales, si es que existen y tener una sensación de aislamiento, incluso cuando estás rodeado de gente.
La Asociación Española contra el Cáncer habla además de estos sentimientos de una serie de síntomas físicos como la sensación de vacío en el estómago, opresión en el pecho y garganta, cansancio, sobresaltos, alteraciones del apetito y falta de sueño.
Tras perder a un hijo lo más importante es darse tiempo a uno mismo para aceptar la pérdida. Una vez conseguido, explica la AECC que es el momento de expresar y compartir tus sentimientos y de no tomar decisiones precipitadas. En muchos casos, intentamos resolver todos los problemas a la vez y es mejor hacerlo una vez superada la confusión inicial. Pedir ayuda es otra de las claves de este proceso. Te ayudará a comunicarte con tu entorno y a superar los momentos más difíciles.
Según cada caso el duelo tiene una duración determinada. Según explica ASCO, esto depende del papel diario que tuviese el padre en la vida del hijo. 18 meses es la duración media de este proceso, con oleadas más o menos intensas de tristeza. Uno de los momentos más difíciles, incluso cuando han pasado varios años, explican desde la Asociación, es la celebración de logros y momentos importantes en la vida de tus otros hijos. Es común que se piense cómo habría vivido ese momento su hijo fallecido o cómo sería si estuviera vivo.
Los padres pueden atravesar un duelo muy diferente en función de la implicación en la vida del hijo fallecido y en las rutinas diarias de cada uno. Según explican en la plataforma cáncer.net las expectativas culturales y diferentes papeles sociales de cada progenitor influyen. Por ejemplo, se espera que los hombres controlen más las emociones y que sean las mujeres las que puedan hablar más abiertamente del tema.
Una de las reacciones más habituales al duelo, explican desde ASCO es refugiarse en el terreno laboral para intentar escapar de la tristeza y los recuerdos del hogar. Esto puede acarrear problemas entre las parejas ya que se puede llegar a considerar que el otro no está atravesando el duelo de la misma forma, de ahí que la comprensión y la conversación sean fundamentales.
Es normal que en los momentos de pérdida surjan dudas y un profesional puede orientarte tanto psicológicamente cono con los recursos existentes. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer recomiendan solicitar ayuda profesional si sufres cualquiera de estas sensaciones: