Se dio cuenta de que algo iba mal cuando, cada noche, al leer a su hijo el cuento de 'Blancanieves y los siete enanitos' se iba saltando páginas. Los enanitos iban menguando hasta que una noche se dio cuenta de que se había quedado sin cuento y sin tiempo para estar con su hijo. Ahí decidió apretar el botón de pause.
El protagonista de esta anécdota es Carl Honoré, periodista premiado, aclamado autor y portavoz del Movimiento Lento. Su conferencia en TED sobre las ventajas de la desaceleración ha recibido más de tres millones de reproducciones hasta la fecha. Carl Honoré viaja por todo el mundo para compartir con las personas y las organizaciones cómo avanzar hacia adelante disminuyendo la velocidad.
Desde que empezó a abanderar el Movimiento Lento o Slow, su popularidad no ha dejado de crecer. Fue el profesor de 'The Slow Coach', espacio de la BBC en el que ayudó a desacelerar a muchos ejecutivos británicos agotados y sobrecargados. También fue el protagonista de otro programa de éxito en la televisión australiana llamado 'Frantic Family Rescue', donde realizó el mismo proceso, esta vez con familias Además, presenta un podcast llamado The Slow Revolution y dirige su propia web cuyo objetivo es expandir los valores del universo lento.
En todas sus apariciones, al igual que en sus libros, empezando por el propio 'Elogio de la Lentitud', examina nuestra pulsión natural hacia la rapidez, los aspectos negativos de la prisa, y la necesidad de parar. Desde hace unos años, Honoré ha sido 'portavoz internacional de la lentitud' y 'padrino de un cambio cultural creciente', título otorgado por el Huffington Post y Arianne Huffington, otra abanderada del cambio consciente.
El movimiento slow empezó a conocerse en contraposición a lo fast o rápido: de la fast food al speed dating, pero se trata de un posicionamiento algo más profundo. Te dejamos las mejores frases y las mejores recomendaciones si estás decidido a echar el freno.
"En este mundo parece que si eres rápido eres más inteligente: hay que trabajar rápido, andar rápido, ser rápido contestando... Pero es todo lo contrario: la rapidez excesiva le pasa factura a nuestro cuerpo y nuestras relaciones".
"Mientras escribía el libro de 'Elogio de la lentitud' me pusieron una multa por exceso de velocidad. Si voy a la tele a hablar de lo lento, apenas me dan tiempo; me dan más tiempo para maquillarme que para hablar con el público... Intentemos evitar la contradicción siendo conscientes de cada momento".
"En las culturas orientales el tiempo es circular; en las occidentales, lineal. Esto implica que enfocamos cada cosa como una carrera en la que hay que llegar a la meta. Dejemos de pensar en carreras".
"No todo tiene que hacerse a un ritmo lento, sino adecuado. Lo importante es que seamos conscientes de lo que hacemos, de la importancia que tiene y del tiempo que necesita. Ser lentos cuando hay que serlo nos hace ser más equilibrados, descansar mejor, comer mejor, amar mejor, vivir mejor".
"La mayor paradoja del mundo rápido frente al lento es cuando queremos ser lentos a toda prisa. No es posible; ir desconectando significa ir poco a poco, al ritmo adecuado: para ser lento hay que evolucionar lento".
De niños la tuvimos, pero la hemos ido arrinconando entre agendas, móviles y apretadas jornadas de ocio y negocio. ¿A qué nos referimos? "A la tortuga interior. Hay que buscarla si no sabemos cómo desacelerar. Vivir lento es vivir en plenitud. Pensémoslo: en una sociedad enloquecida, la lentitud es un superpoder".