A sus 71 años Carme Elias, ganadora de un Goya, ha dado un paso adelante y ha hecho uno de los anuncios más importantes de su carrera. El sábado recibía de manos de la actriz Silvia Marsó el Premio Especial Jordi Solé Tura en el Brain Film Fest, dedicado a las capacidades y los límites del cerebro de las personas, y en su discurso revelaba que padece alzhéimer. La actriz explicaba que fue en su trabajo, durante un rodaje, cuando se percató de los primeros síntomas que la empujaron a hacerse las pruebas médicas. "De golpe todo se para y sabes que te diriges hacia la nada", contaba.
Durante su discurso ha contado que el alzhéimer es una enfermedad que "no tiene marcha atrás, aún. Que te encierra en casa. Que no tiene esperanza de recuperación, aún. Que te roba el ser. Que significa un después desconocido en la vida de quien la sufre". Muchos compañeros de profesión se han volcado en apoyar a la actriz, en especial Silvia Marsó, quien le entregó el premio.
"Hace tres años le diagnosticaron alzhéimer, por compartir en el marco de un festival de cine que se centra en las distintas enfermedades que padece el cerebro humano tu circunstancia personal que solo conocíamos tus seres queridos", escribía la actriz a Elias en su cuenta de Instagram.
"Una enfermedad que poco a poco se come el cerebro hasta dejarlo vacío. Al principio cuesta reconocerla, no hay señales externas contundentes, pero poco a poco la persona se encuentra cada día en situaciones más difíciles y desconocidas, sobre todo si su profesión es la de actriz", relataba la ganadora de un Goya por 'Camino'. "En mi última película, 'Las consecuencias', me encontré en momentos en los que no podía hablar, no me salían las palabras y el terror poseía mi cuerpo. La complicidad con mi directora me ayudó a salir adelante".
Sobre este papel, la actriz explicaba a El País que su intervención es pequeña, "un personaje puntual, pero marcó un antes y un después, de repente mis textos… no podía seguir. Notaba cansancio y que la memoria me fallaba un poco".
Al empezar con las pruebas llegó el diagnóstico de alzhéimer. "Me aterroricé", cuenta a la publicación, "es el tren del terror. Aunque parezca que doy el pego y como actriz uso mecanismos que lo disimulan, tengo miedo. Mi familia lo nota. Me encierro en casa, lo que me apetece es quedarme. En casa he plegado una gran actividad. Escribo. Cosas. Nada literario. No es drama, no es comedia, no es un diario, no sé qué es. Vuelco mi parte creativa".
La actriz también confiesa que llora con frecuencia, "a veces sin querer", reconoce. No obstante, explica que aún hace vida normal en su casa en la medida de lo que puede y que hacer pública ella misma su enfermedad tiene un objetivo para ella: "dar visibilidad". Una decisión que no lo fue fácil porque cree que luego puede ser señalada. "'¿Por qué no trabajas?', me decían, y yo contestaba que por la pandemia y porque estoy mayor. Pero tomé la decisión, y será muy hermoso: dejaré un documento de mi paso por todo este proceso".
"Todo esto no puedes pasarlo sin ayuda familiar. Me da mucha pena la gente que ha de afrontarlo sola. Es fundamental mantener el sentido del humor. Me ha tocado a mí y estoy preparada para lo que venga".