Una tormenta, la batidora, la lavadora al centrifugar, la aspiradora, el llanto de un bebé, las bocinas de los vehículos, los trabajos de construcción y reformas, los petardos… generan un ruido que nos molesta, pero toleramos. Sin embargo, el oído de mascotas como los perros y los gatos es mucho más fino que el humano y todos esos sonidos a tan altos decibelios les pueden generar estrés y ansiedad.
Desde Uppers hemos consultado con un veterinario de confianza cómo afecta el ruido a los perros y a los gatos, cómo actuar con nuestra mascota ante situaciones de este tipo y, principalmente, cómo relajar a un perro con ansiedad, por ejemplo, tras explotar un artefacto de pirotecnia.
Los petardos, las tracas o los fuegos artificiales son una costumbre muy arraigada en muchos puntos geográficos en determinadas épocas y festividades. Ante ese estruendo tanto perros como gatos se excitan de tal modo que entran en un estado de nervios que les acaba provocando ansiedad. Se debe tener en cuenta que su sensibilidad auditiva es realmente superior a la de los humanos. Un perro oye hasta los 60.000 Hz y cualquier persona hasta los 20.000 Hz (agudo extremo).
Cuando un petardo explota las mascotas lo perciben como un estímulo desagradable e imprevisible, ya que se repite sin ningún tipo de pauta lógica. Además, se encuentran con que entre estruendo y estruendo no son capaces de recuperarse del “susto” anterior porque no tienen tiempo de aprender de la experiencia para superar ese miedo.
En un perro su sistema de percepción se basa en la asociación, con lo cual, escuchar un ruido tan alto que no esperaba lo relaciona con un posible peligro inminente. Al final, después de cuatro petardos seguidos y de una sesión de tracas el animal cree que su supervivencia corre peligro y llega la ansiedad. La consecuencia es que su nivel de estrés se va incrementando hasta que llega un momento en el que le resulta incontrolable porque no tiene la posibilidad de escapar de esos sonidos.
Los especialistas afirman que es muy complicado reducir esa sensibilidad de un perro o de un gato frente al ruido de los fuegos artificiales. Aseguran que resulta más eficaz protegerles o aislarles de los ruidos, así como entrenarles para que se concentren en su dueño en esos momentos. De todos modos, durante la convivencia podremos ir conociendo su carácter, preferencias, gustos y temores al igual que los entornos, ruidos o situaciones que les generan estrés, miedo o ansiedad.
Ante todo, desde la Dirección General de Derechos de los Animales, que depende del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, también se han publicado unas recomendaciones para ayudar a los animales de compañía a superar estos episodios que les provoca la pirotecnia.