La soledad no deseada se ha convertido en un problema que se ha visto agravado con los confinamientos y las restricciones causadas por la covid-19. Un problema, según la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), que ya es de salud pública debido a los efectos en la salud de las personas en todos los aspectos, tanto la parte mental como en la física. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicados por el ministerio de Derechos Sociales, en 2019, antes de la pandemia, más de dos millones de personas mayores de 65 años vivían solas.
Este problema puede solucionarse de formas muy simples, como en el caso de una mujer asturiana que solo quería un gato que le hiciese compañía. Así lo publicaba hace unos días un usuario de Twitter, Fernando García, en la red social después de encontrarse un cartel con la petición en la Biblioteca Pública de Jovellanos en Gijón. "Twitter haz tu magia y consigue que alguien le lleve un gatín a esta señora de Gijón", escribía.
En el cartel, escrito a mano, se podía leer lo que la mujer pedía: "Agradecería a quien me lea, un gatito La publicación ya ha sido borrada por el autor en las redes sociales, ya que por fortuna la mujer ha conseguido el gato que tanto quería.
"Twitter ha hecho su magia y la vecina de Gijón ya va a tener un gatín para que le haga compañía. Gracias a todos por vuestra colaboración y a la chica que se ha puesto en contacto con ella para cumplir su deseo", escribía tras el éxito de la petición.
No obstante, también ha denunciado una parte algo negativa que se ha encontrado en las redes sociales después de intentar ayudar a la mujer, pues cuenta que le ha sorprendido "la cantidad de mensajes que había dando a entender que la señora, por su edad, no iba a poder cuidar del animal".
Un gato, aunque puede no dar la vida social que un perro al no requerir de paseos, sí que ayuda a mantener una rutina en casa y una compañía en el hogar. El sentimiento de soledad ha crecido en los últimos meses, un estudio de la Comisión Europea publicado el pasado julio indicaba que el porcentaje de españoles que aseguraban sentirse solo había pasado de un 11'6% a un 18'8%. Pese a que se han puesto en marcha medidas para paliar este problema, la estimación no trae buenas noticias, la soledad no deseada seguirá creciendo en los próximos años en todas las franjas de edad, en concreto en los mayores de 60 años.
Tras la jubilación la vida social puede reducirse, por eso mismo se han establecido algunas medidas que impidan que esto ocurra. Por una parte, se aconseja seguir manteniendo contacto con los que fueron tus compañeros de trabajo, en especial con los que mejor relación se mantenía. Lo mismo con los familiares, no es necesario verse cada día, pero sí mantener un contacto continuo y verse en persona frecuentemente para evitar quedar aislado.
También se recomienda hacer ejercicio físico al aire libre, como salir a andar o dar paseos por un parque o incluso comenzar a dominar los aparatos electrónicos que puedan entretenerte o mantenerte en contacto con tus seres queridos.