Melvin Udall (Jack Nicholson) coge una pastilla de jabón de una estantería a rebosar de ellas, la desenvuelve, abre el grifo hasta que el agua sale hirviendo, se lava las manos y repite todo el proceso una y otra vez. Es la escena inicial de 'Mejor...imposible' y un claro ejemplo misofobia o miedo a la suciedad. En el Día internacional de la limpieza nos preguntamos cómo es vivir con este tipo de manía que se enmarca dentro de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
"No solo es el miedo irracional de la suciedad, sino que detrás hay una conducta compulsiva para neutralizar ese miedo", nos explica Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos. "Primero lavar las manos X veces, luego ponerse unos guantes, después no tocar los pomos... se crean muchas acciones que forman parte de un ritual que siempre tiene que ser el mismo".
Para la especialista, este tipo de TOC son muy raros que aparezcan por primera vez en edades avanzadas, porque "vienen muy aprendidas de experiencias pasadas, de aprendizajes primarios, de lo que han visto de sus padres", indica la especialista. Por eso, lanza un mensaje a estos últimos: "hay que tener cuidado para que las rutinas de limpieza en casa no se conviertan en algo compulsivo, que no haya rituales. Tener control, pero con cuidado de que no se convierta en una constante", explica Palomares.
La pandemia de coronavirus ha convertido a la lejía, el desinfectante y el jabón en los mejores aliados para combatirla. Sin embargo, pasar demasiado tiempo limpiando, hacerlo de manera compulsiva, y generar rituales en torno a ello, puede despertar trastornos de misofobia en personas no la tenían y resucitar el problema en aquellas que ya estaban mejor debido a la terapia que estaban recibiendo.
No obstante, esta ola, calcula Palomares, aún no ha llegado porque debe pasar un tiempo hasta que se genera el trastorno y este afecta a la persona hasta el punto que le perjudica en su vida diaria y acude a la consulta.
"Tenemos casos de personas a las que tratábamos de misofobia y ahora, con las medidas profilácticas, les están 'obligando' a hacer cosas que ya hacían antes durante su trastorno. Hemos visto personas a las que se les ha reforzado y otros que incluso te dicen, '¿ves como el que lo hacía bien antes era yo?'", explica la especialista.
A Jack Nicholson en 'Mejor...imposible' no hay terapia que le sirva. Utiliza sus TOC para sentirse mejor consigo mismo, para rellenar la falta de afecto en su entorno con rutinas repetitivas y suplir sus carencias. Pero este trastorno también puede derivar en otros, como un exceso de estrés o el aislamiento social. "Es muy limitante en el día a día, porque lo encuentran por todos los lados. Aunque vean algo limpio, la ansiedad es muy fuerte. Y, por ejemplo, tampoco invitan a gente a sus casas porque eso les genera mucho estrés", nos cuenta Palomares.
Por eso, cuando llegan a la consulta ya están muy agotados, con muchos rituales desde tiempo atrás y muy interiorizados. Para tratarlos, "hay que ir muy poco a poco, evitando el miedo y luego comprobando el miedo. Por ejemplo, evitar sería 'no salgo a la calle porque va a estar todo más sucio y evito salir', así que lo que hacemos es enseñarles a que se vayan exponiendo poco a poco. Enseñar y motivar", explica la psicóloga.
El tratamiento pasa por ir cumpliendo con una lista que los propios pacientes realizan. En el caso del lavado compulsivo de manos, "si normalmente cuando vienen de la calle se lavan las manos 10 veces con agua hirviendo o jabones muy fuertes intentamos que se vayan quitando esas sustancias o que en vez de 10 sean 7, y la semana siguiente ir bajando. Así vamos haciendo que se enfrenten al miedo y reduzcan la fobia, la neutralicen", nos cuenta.
Al final, en 'Mejor... imposible' solo vemos los rituales de manías de Nicholson durante las dos horas que dura la película, pero, en la vida real, se trata de que cuanto más se alarguen los tiempos entre la ejecución de una manía y la siguiente, mejor irá el tratamiento y la desaparición del TOC de la persona que lo padece.