Durante la etapa de confinamiento mas duro, sin poder salir a la calle, el espacio exterior privado asociado a las viviendas pasó a ser un tesoro.
Muchos envidiaban con razón a los vecinos del bloque de enfrente por poseer terrazas, muchos se arrepintieron de haber cerrado las suyas, otros quitaron todos los objetos que la convertían en un almacén y la redecoraron o adaptaron para respirar, hacer deporte, hablar con los vecinos, dar conciertos, hasta celebrar la feria de abril.
Cuando dicho confinamiento terminó, las búsquedas de vivienda o bien con jardín o bien con terrazas amplias se han disparado, según los portales inmobiliarios. El terracismo ha llegado para quedarse.
Esta nueva tendencia nos ha dado una gran alegría a los arquitectos, que llevamos muchos años defendiendo ante promotores y usuarios que estos espacios, balcones, terrazas, y umbrales, o mejor dicho los espacios de transición entre el interior y exterior de las viviendas son los que en realidad le aportan calidad espacial a la misma.
También es cierto que muchas personas con viviendas muy pequeñas y con necesidades de espacio importantes, o a sabiendas de que su vida exterior se desarrollaba en la calle, las han cerrado para incorporarlas a su salón o dormitorio, o demasiados casos para convertirlas en un trastero.
Los metros cuadrados de terraza no computan lo mismo que los metros cuadrados vivienda, en general y dependiendo de cada planeamiento urbanístico suelen computar al 50%, es decir una terraza de 10m2 se considera que tiene 5m2, por ello y por la presión inmobiliaria muchas viviendas carecen de ellas o las que tienen son ridículas, ya que un m2 construido a día de hoy es oro.
Si estás en la situación de querer cerrarla, tienes que saber que no está permitido en la mayoría de los casos, por mucho que te lo aseguren las empresas de cerramientos. Para poder hacerlo hay que pedir permiso a la comunidad de vecinos, y también al ayuntamiento, ya que si tu edificio tiene agotada su edificabilidad, no esta permitido, ya que al cerrar esa terraza de 10m2 pasaría a computar los metros que tiene y en la mayoría de los casos la edificabilidad está agotada.
Así que cuidado, si la cierras, se considera una infracción urbanística y el ayuntamiento puede obligarte a devolverla a su estado original dentro del plazo de 3 a 5 años. Una vez pasado ese plazo demostrable, solamente se podrían hacer obras de mantenimiento en ellas.
Supongamos que en tu edificio se puede realizar el cerramiento. Lo primero y mas importante es pensar para que la quieres, ¿quieres más salón, quieres un despacho, quieres un jacuzzi integrado en tu cuarto? Una vez tomada esta decisión tienes tres opciones:
Incorporarla al salón, pero cuidado, hay que hablar con un técnico para saber si el cerramiento original (fachada anteriormente) se puede tirar, a veces hay pilares o las fachadas pueden ser muros de carga.
Por otra parte, las terrazas por ser exteriores, no están diseñadas ni acabadas como la parte interior de las viviendas, (menos aisladas, en muchos casos en vuelo) así que hay que pensar en primer lugar que quieres poner en ella. Imaginemos que un jacuzzi, cuidado, 1 litro de agua pesa 1Kg y un jacuzzi puede pesar 11.000 kg, cosa que no está contemplada en la estructura, ni de terraza ni de vivienda.
También pensemos en criterios térmicos, las terrazas en origen son exteriores y no están bien aisladas, por lo que pueden ser auténticos sumideros de dinero invertido en calefacción o refrigeración y lugares o tan agradables estar a gusto.
Por ello hay que hacer un buen estudio energético, una buena carpintería con rotura de puente térmico y vidrios dobles, un aislamiento de las paredes laterales y cuidado otra vez con el peso (el vidrio pesa y mucho) y con lo que establezca el edificio en estética. Otro tema a tener en cuenta es el posible efecto invernadero, mucho vidrio, con sol sube enormemente la temperatura de la estancia, así que tienes que tener en cuenta también, el tema del control de la luz solar, (toldos, persianas, venecianas)
No integrarla en salón, ya que a lo mejor necesitas un espacio que se pueda aislar para poder trabajar o estudiar, o también porque no puedas incorporarla íntegramente a tu salón, muros de carga, pilares, etc.
Si sumásemos todos estos factores en términos económicos, y para conseguir hacerlo bien, esto puede suponer una cantidad muy elevada, por ello si el tamaño no es el suficiente o el resultado final no hace que pases a tener un gran salón, o un mejor despacho yo me lo replantearía.
Esta opción se basa en no incorporarla físicamente al salón sino visualmente y crear un espacio que pueda funcionar como un umbral, o espacio intermedio entre el interior y el exterior, que en nuestro clima puede funcionar muy bien como salón de invierno, otoño o primavera.
En este caso, los condicionantes térmicos serían menores, ya que se trataría de un lugar semi-exterior, que cuando se desease podría funcionar como terraza, y cuando en tiempo no lo permitiese podría ser interior, mejorando sustancialmente el comportamiento energético de la vivienda.
Esta opción permitiría que los condicionantes económicos fueran menores y parece la más interesante en los tiempos que corren. También permitiría vegetación y hasta un huerto urbano.
Reversible
Lacaton & Vassal, en Burdeos, reformaron 530 viviendas colectivas, lo que les llevó a ganar el Premio Mies van der Rohe 2019.
Con esta transformación han dotado de un espacio intermedio –unas grandes terrazas de invierno– a un conjunto de 530 viviendas colectivas. Con estas nuevas aperturas en fachada, cada una de las viviendas ha ganado un amplio y valioso espacio privado semi-exterior y ha mejorado sustancialmente su comportamiento energético.
Sueño para los que no tienen terraza
El arquitecto español Luis Quintano, con su proyecto Stayhöme, ha creado terrazas temporales modulables para colgar de las fachadas.
Diseño radical
El edificio Bosque vertical, donde todas las terrazas tienen árboles de gran porte y se produce una reducción de emisiones.
Yo soy de la opinión que cualquier metro cuadrado de espacio exterior privado o semiprivado deberíamos no solamente mantenerlo sino cuidarlo y personalizarlo, ya que el contacto con el exterior supone calidad de vida.