En España hay tres gastos sociales que son fundamentales: Sanidad, Educación y Servicios Sociales. En realidad no son gasto, son inversión porque las tres patas generan retornos sociales y económicos. Concretamente, invertir en Sanidad significa invertir en futuro, porque necesitamos un sistema sanitario capaz de dar respuestas a una población cada vez más envejecida. Pero, ¿invertimos lo suficiente? ¿Respaldan los números el viejo cliché de que tenemos la mejor Sanidad del mundo? Javier Ruiz da respuesta a estas y otras preguntas en una nueva entrega de 'MoneyTalks'.
En realidad, no tenemos una Sanidad, sino varias, en función de cada gobierno autonómico. A día de hoy, de media nos gastamos en España unos 1.500 euros por ciudadano. Pero igual que hay autonomías donde ese gasto es mayor, como los casi 2.000 euros que invierten Asturias, País Vasco y Navarra, hay otras donde el recorte ha sido brutal, como la Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña y Madrid. Esto no es una cuestión de riqueza, sino de política, de decisión de los gobiernos. Algunas autonomías han decidido que la Sanidad pública no se financia.
Entonces hay un problema de igualdad sanitaria en España. Está la Sanidad de quienes se gastan dinero de verdad en sus ciudadanos, la Sanidad de quienes más o menos batallan y la Sanidad de quienes hacen gran propaganda con los ciudadanos pero que están escatimando en las cuentas. Y lo que no se puede es defender lo público en el discurso y atacarlo en el presupuesto.
¿Quiere decir esto que aumentar el gasto garantiza automáticamente una mejor Sanidad? No necesariamente, eso es cierto. Pero ahora mismo no es que no esté aumentando el gasto, sino que se está recortando. Y gastar en médicos, enfermeros y enfermeras es una inversión. Habría que ganar mucha eficiencia para estar mejor invirtiendo un 10% menos. Hay que ser muy crédulo para aceptar que nos va a ir mejor teniendo menos.
La cuestión es que se ha tensionado tanto el sistema público que mucha gente opta por el privado, que a su vez tampoco tiene tanta capacidad de absorción, por lo que acaba derivando de nuevo a lo público. Y con los ambulatorios desbordados, la gente termina acudiendo a Urgencias. El aumento del 21% de las visitas a Urgencias en los últimos 8 años no significa que ahora enfermemos más, sino que el sistema no da para más. En el vídeo, más claves sobre el estado de nuestra Sanidad pública, dale al play.