El adelanto de las elecciones generales al 23 de julio ha suscitado todo tipo de reacciones, desde las de ciudadanos preocupados por que la cita coincide con sus vacaciones a las de algunos actores políticos que hablan de despilfarro. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz nos detalla cuánto cuesta un proceso electoral en nuestro país y en qué partidas se gasta el presupuesto. Además, también nos explica las probabilidades que tenemos de que nos toque estar en una mesa.
Lo primero que hay que hacer es llamar a la calma. Unas elecciones no suponen ningún un derroche de dinero y, en cualquier caso, no nos debería importar gastar en democracia. Las pasadas elecciones autonómicas y municipales nos costaron exactamente 203.667.880,95 euros.
De esa cantidad, el servicio de correos se lleva prácticamente la mitad (94.800.000 euros), seguida de la partida para la Administración Pública, que incluye el pago a quienes están en las mesas electorales (78.943.348,77); la logística -mesa, urnas, etc- (13.271.625,22), la difusión del escrutinio (13.410.000) y los imprevistos (3.242.906,96).
En el caso de las elecciones generales del 23-J, nos van a costar 143,3 millones de euros, aunque se ha habilitado una partida de 77 millones de euros extraordinarios en previsión de problemas con la elección de los miembros de las mesas electorales. Se espera una avalancha del voto por correo, por lo que se va a reforzar Correos con 10.000-12.000 personas, una partida que paga el Ministerio del Interior.
Desbrozando las cifras, quedan 56,5 millones para correos, 58,8 millones para la Administración Pública, 14,1 millones en logística, 7,9 millones para difusión y 1,7 para imprevistos. Esto significa que celebrar las próximas elecciones generales nos va a costar a cada ciudadano 2,91 euros. Es decir, la democracia nos sale más barata que un café en Starbucks. En global, el conjunto de elecciones de este año habrán costado 343 millones de euros (7,14 por ciudadano). Por tanto, no es un despilfarro y no es un lujo. Es, de hecho, una cantidad bastante conservadora, mucho más que en otros países.
Si tenemos en cuenta que somo 35.539.083 electores, de los cuales 181.728 serán designados y 363.456 serán llamados como suplentes, las probabilidades de ser convocados a una mesa electoral son del 1,53%. Es 214.517 veces más fácil que seamos llamados para asistir a este proceso de que nos toque la lotería. Eso sí, estar en una mesa es una jornada de trabajo, tiene su sueldo (70 euros, antes eran 65) y cotiza a la seguridad social. Para saber más sobre el coste electoral o por qué los mayores de 65 pueden librarse de estar en la mesa, puedes ver el vídeo con la charla completa con Javier Ruiz.