Las largas colas de coches eléctricos esperando para recargar en algunas estaciones de servicio fue una de las imágenes más virales de esta Semana Santa. Aquellos atascos reabrieron el debate sobre si hay infraestructuras suficientes en España para garantizar el servicio a la actual flota de estos vehículos. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz pone números a la situación, comparándola con las previsiones que se habían realizado y con el nivel de penetración del eléctrico en los países de nuestro entorno.
En realidad la saturación de coches de Tesla para cargar la batería se produjo solo en dos gasolineras de La Gineta (Albacete) y Atalaya del Cañavate (Cuenca), pero se trata de dos enclaves clave en la ruta de Madrid a la costa levantina, uno de los trayectos más habituales, especialmente en vacaciones. Y lo que evidencia es que en nuestro país falta infraestructura para que el vehículo eléctrico pueda arrancar.
Según datos de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), en España hay en torno a 29.300 puntos de recarga, la mayoría concentrados en la Comunidad de Madrid y Cataluña, aumentando un 3,7% por ciento respecto al año anterior. Sin embargo, la cifra está muy por debajo de la previsión para 2023, que era tener entre 80.000 y 100.000 puntos de recarga. Y peor aún. De los que hay, solo unos 5.690 puntos son de recarga rápida (+50 kilowatios). Y 7.700 puntos están fuera de servicio. Es decir, hay muy pocos enchufes rápidos para evitar la imagen del atasco, y hay muchas dudas sobre la autonomía del trayecto.
Así que lo que tenemos, en primer lugar, un problema de convicción del Estado, que no está desplegando todo lo que tendría que desplegar. En segundo lugar hay un problema de convicción de empresa, porque muchas gasolineras y petroleras han decidido transitar por este camino arrastrando los pies; y en tercer lugar tenemos un problema de burocracia. Una de cada tres estaciones de servicio de recarga está a la espera de permisos administrativos, ya sea de ayuntamientos, autonomías o del Gobierno central.
Bajo estas circunstancias, ha pasado lo lógico, que en el momento que necesitamos la infraestructura, esta no da abasto para liberar estos cuellos de botella. Estamos muy lejos de donde deberíamos estar, y también lejísimos de con quien deberíamos compararnos. En España hay un parqué de un 12% de coches eléctricos, mientras que la media de la UE es del 22,3%. Solo está peor que nosotros Italia (8,6%), mientras que Francia tiene un 26% y Portugal alcanza un 31,8%.
Lo curioso es que España es un gran productor de vehículos eléctricos, pero no nos los quedamos, los estamos exportando a los países que de verdad están trabajando en esto, por lo que somos una paradoja empresarial con patas. Sabemos que esto es el presente y el futuro. Claramente sabemos cuál es la dirección correcta, pero vamos a una velocidad sonrojantemente lenta.
¿Entonces comprar un coche eléctrico es un engaño a día de hoy? No necesariamente, pero sí es un asunto para ciertos tipos de pioneros, o early adopters, que estén dispuestos a lidiar con los problemas de cualquier novedad, descubrirlos y señalarlos. Y también hay que tener dinero, claro. Esto no es accesible para todos, porque es un vehículo mucho más caro. Javier Ruiz también habla de los modelos más vendidos y de posibles alternativas en el vídeo con la charla completa.