La irrupción de los vehículos eléctricos en el mercado ha llegado con fuerza y los pronósticos acerca de su futuro son bastante buenos. Una de las principales ventajas de comprar un coche eléctrico es su ausencia de emisiones, pero no es la única. Algunos de los motivos por los que los usuarios deciden apostar por el cambio tiene que ver con beneficios fiscales, ahorro de dinero o aparcamiento gratuito.
Pero, aunque parezca que no, también tienen algunos inconvenientes como por ejemplo la poca autonomía o el reducido número de puntos de carga, a estos dos hechos hay que sumarle que existe un país en el que está prohibido cargar los vehículos eléctricos en garajes: Vietnam.
Los aparcamientos de edificios de Vietnam han prohibido cargar vehículos eléctricos en su interior por miedo a que puedan provocar un incendio, tras los rumores de que las baterías de motos eléctricas fueron las causantes de un reciente incendio en Hanói que causó 56 muertos.
"Muchos dueños de apartamentos, hoteles y edificios comerciales han prohibido la carga de vehículos eléctricos en el sótano o aparcamiento subterráneo e incluso han cancelado los contratos de alquiler si los inquilinos tienen motos eléctricas", según informa el periódico vietnamita VnExpress.
El caso de Vietnam no es el primero, en la ciudad de Kulmbach, en Alemania, el departamento de Ingeniería Civil de la ciudad decretó que "los vehículos eléctricos e híbridos ya no pueden aparcar en aparcamientos subterráneos". Tomaron dicha determinación tras el incendio de un Volkswagen Golf en el interior de uno de este aparcamiento subterráneo que ocasionó graves daños y se necesitaron 5 meses para volver a abrir el parking, con un coste de 195.000 euros.
El problema de los coches eléctricos no es el porcentaje de riesgo de incendio que tienen, pues es menor que los coches de gasolina, sino su manera de arder. Las baterías son de litio, y cuando se incendian no provocan llamas por combustión como un coche de gasolina, sino por reacción química. En otras palabras, el agua no apaga el fuego, porque no puede parar la reacción química.
Cuando se incendia un coche eléctrico los bomberos suelen optar por esperar a que la batería se enfríe sola o se consuma y la reacción química termine, proceso que puede tardar horas. Pero esto en un parking subterráneo no se puede hacer, y dejar arder un coche podría poner en peligro la estructura del edificio.
Por ello, aunque es poco probable que un coche eléctrico se incendie, si ocurre por diversas circunstancias, el servicio de bomberos necesita más tiempo y más agua para apagar el fuego en comparación con un vehículo convencional. Además, en algunas ocasiones es necesaria la ayuda del personal especializado de la marca para desactivar la batería eléctrica.
En estos casos, el combustible se sustituye por baterías y, por lo tanto, los protocolos de actuación de los servicios de emergencias se deben actualizar. A partir de ahora, mantener la seguridad en un incendio es primordial teniendo en cuenta las altas tensiones que se llegan a alcanzar en los paquetes de baterías de un coche eléctrico.
Las experiencias de apagar incendios de coches eléctricos en medio de una carretera han demostrado que ha hecho falta una media de 25 o 30 horas y más 9.000 litros de agua, así como un nutrido equipo de bomberos. Los protocolos para esta clase de incendios indican que la única forma segura de extinguirlo es sumergir todo el vehículo en un depósito de agua y mantenerlo allí 24 horas.