Los jóvenes se están quedando atrás en la recuperación de la renta y la riqueza. Mientras los mayores mantienen sus posiciones o incluso las mejoran, en gran medida beneficiados por el ciclo inmobiliario, los menores de 35 han visto empeorar sus registros, tal y como atestigua la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz analiza los números de una desigualdad generacional cada vez mayor y se cuestiona cómo arreglar esta situación.
La brecha ya no es entre ricos y pobres, sino entre mayores y jóvenes, entre gente que tiene y gente que aspira a tener. Quienes pudieron comprar una vivienda en su momento, es decir, los pensionistas, tienen una renta que se revaloriza, un activo que cada día vale más y un sueldo que sube. En cambio, los jóvenes no tienen casa, no tienen riqueza y sus salarios son cada vez menos competitivos.
El estudio del Banco de España es muy revelador. Los datos generales apuntan a un incremento del 3,7% de la riqueza mediana de los hogares, pero ese incremento se concentra en los colectivos que ya tenían más patrimonio. El 60% de la población más pobre permanece estancada y el 10% de la población más rica ve cómo sus ingresos se incrementan un 11,2%.
Hay una recuperación, sí, pero se está quedando por arriba. Jóvenes (entendiendo por jóvenes a menores de hasta 45 años), trabajadores por cuenta ajena y gente que no tiene vivienda se quedan descolgados. En solo dos años las diferencias que se han creado son brutales. Los menores de 35 años han pasado de tener unos ingresos de 31.700 euros de media a 29.100, una pérdida del 8% de su renta. Y los grupos de edad entre 35 y 44 años también han perdido 1.700 euros en ese periodo.
Sin embargo, las pensiones han subido entre un 5 y un 7%. En tres años los mayores han ganado 3.500 euros y están teniendo unas garantías de renta de las que los jóvenes carecen. Hace 10 o 15 años, estos podían acceder al mercado inmobiliario, hoy ya no. En 2011 dos de cada tres jóvenes se compraban una casa. En 2023 han girado las tornas por completo y solo puede permitírselo uno de cada tres. Es un cambio espectacular en un espacio de tiempo muy corto.
La excusa recurrente de que a los jóvenes de ahora les gusta irse de viajes y ver Netflix no oculta la realidad de que el mercado de la vivienda ha expulsado a los menores de 45 años. Hoy cada día están más lejos de comprar una casa porque cada día se encarece más de lo que lo hacen sus rentas. La vivienda es hoy un listón insalvable. Y no podemos tener a una población viviendo con sus padres, esperando a heredar.
España se está convirtiendo en una país de herencia familiar .Si naces pobre, mueres pobre. Y si naces rico no vas a caerte de ese techo social. Tenemos suelos pegajosos y techos pegajosos que bloquean la movilidad social y perpetúan las clases sociales. ¿Cómo se puede corregir esto? ¿Cómo arreglamos el ascensor social? Con fiscalidad y con educación.
Quienes defienden que hoy no hace falta estudiar ni ir a la Universidad están mintiendo. Lo único que hacen es propagar la mayor estafa social de la actualidad. Solamente la educación sirve de ascensor social. A mayor nivel de estudios, mayor nivel de ingresos. Claro que hay excepciones, pero son las menos.
En materia de educación, la Encuesta Financiera de las Familias indica que cuando el cabeza de familia tiene sólo la educación obligatoria, la renta media del hogar se sitúa en 23.000 euros al año. Cuando se trata de estudios iguales o equivalentes al bachillerato, la renta se sitúa en 36.400 euros anuales, y si hablamos de estudios universitarios se dispara hasta los 54.900 euros. Que no os engañen. Para saber más sobre la desigualdad generacional en España y sus posibles soluciones, puedes ver el vídeo con la charla completa con Javier Ruiz.