Este mes de enero ha entrado en vigor el Reglamento sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA), que establece unas reglas para la regularización del ecosistema cripto en Europa y su desarrollo sostenible. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz nos explica la norma y nos ofrece las claves de un año que promete más crecimiento en el sector de la mano de la administración Trump.
El auge de las criptomonedas ha sido tan vertiginoso que ha hecho necesario aplicar un reglamento como el MiCA que asegure más transparencia a este mercado. Nunca debemos olvidar que invertir en criptoactivos puede salir muy bien, como ha ocurrido en 2024, pero son una apuesta de alto riesgo en la que se puede perder hasta la camisa. Y no hay ninguna cobertura para el inversor, ni siquiera con el nuevo reglamento.
Conviene recordar que cuando hablamos de Bitcoin, Ethereum o Dogecoin no lo hacemos realmente de monedas, sino de activos de posición especulativa. Los criptoactivos no son métodos de intercambio -la gente no paga en Bitcoins-, ni sirven como unidad de medida dada su alta volatilidad, ni almacenan valor, porque no tienen estabilidad suficiente. No es como el dólar o las acciones, donde hay fundamentales. Aquí se trata de pura especulación, sin ningún valor intrínseco detrás.
En Internet hay infinidad de casas de intercambio e intermediarios, y precisamente en ellos pone el foco el nuevo MiCA, que trae algunas novedades importantes. En primer lugar, si quieres comprar o vender criptomonedas por primera vez debes tener una autorización previa y registrarte.
En segundo lugar, y más decisivo, las empresas que compren y vendan criptomonedas a partir de ahora tienen que tener fondos por encima de 325.000 euros para poder operar, y el 2% de los activos que tienen en reserva. Es decir, si están comercializando 1.000 euros deben tener al menos 20 en caja. Se trata de que sean empresas solventes.
El problema, aparte de que es una norma solo para Europa, es que sigue sin haber mecanismos de protección para el consumidor. Es una regulación del mercado, hecha para los operadores, no para los inversores. Si compras criptoactivos, estás solo. El MiCA es asimétrico en los jugadores, asimétrico en lo geográfico y asimétrico en las protecciones.
Normalmente, si adquieres cualquier tipo de activo en un banco debes firmar un consentimiento informado, no puedes comprar si no sabes lo que compras. Aquí, sin embargo, no hay garantías. Puedes ganar mucho o perderlo todo. Por tanto, si vas a invertir en criptomoneda, mi consejo es que sea dinero que te sobre y no te importe perderlo, porque existen muchas posibilidades de que así sea.
Lo que es incuestionable es que cada vez más gente invierte en cripto. En el año 2023, era el 6,8% de la población, pero en la última encuesta del Banco Central Europeo el porcentaje sube el 9%. Se trata de un perfil fundamentalmente masculino (el 66% son hombres), relativamente joven (38,7 años de media en España), muy centrado en la tecnología. Ahora bien, este perfil se está expandiendo y por eso era necesario regular.
¿El MiCA va a significar menos volatilidad en el sector? Sinceramente, la regularización puede dar cierta legitimidad a este mercado, pero dudo de que eso vaya a cambiar. Sí que es cierto que, a corto plazo, el sentido común apunta a que el sector seguirá al alza. El interés personal de Donald Trump en proteger este ecosistema y los reglamentos que puedan ir llegando y atrayendo a inversores más tradicionales juegan a su favor.
Ahora mismo hay una gran burbuja especulativa, pero no parece que todavía se vaya a pinchar. Pero que ahora estemos volando no significa que un momento después no podamos estrellarnos contra el suelo. Mucha precaución con los 'criptobros', que lo que venden es lo suyo, no lo vuestro. Como decían en 'Canción triste de Hill Street', tengan cuidado ahí fuera. En el vídeo puedes ver la charla completa de 'MoneyTalks'.