Mientras las mujeres acuden sin más dramas a sus pertinentes revisiones ginecológicas, los hombres aún siguen experimentando una aversión ancestral a ir al urólogo. El temor al tacto rectal y los tabúes que aún rodean estas prácticas sanitarias parecen ser la causa de que menos del 10% de los hombres acudan periódicamente a revisión. El especialista del Lyx Instituto Claudio Martínez-Ballesteros intenta convencernos en el vídeo de la segunda entrega de 'Cuestionario Prost' de que estos temores son infundados: “Hay que perder el miedo a hacerse un chequeo”.
La edad ideal para acudir a revisión es a partir de los 40 años, aunque en esta etapa aún no haya molestias notorias. A partir de los 50 es muy necesario someterse a revisión periódico porque a mayor edad más probabilidades de riesgo. En realidad, el procedimiento no es tan terrible como algunos imaginan. En primer lugar el urólogo te preguntará por los antecedentes de tu sistema urinario, si has padecido infecciones o tienes dificultades para orinar.
A continuación, el doctor realizará una exploración visual y manual del pene y testículos. Esto puede hacerles sentir vergüenza a muchos hombres, pero tenemos que recordar que el urólogo es un profesional que está acostumbrado a tratar el aparato genital masculino. ¿Y el famoso tacto rectal? En muchas ocasiones no es necesario. "Esto no va de eso", aclara Martínez-Ballesteros. "Va de ver el estado de salud de la persona, qué factores de riesgo tiene (cardiovasculares, familiares, etc), qué síntomas tiene y luego vamos a hacer una valoración morfológica y una valoración funcional", añade.
La importancia de acudir al especialista puede ser el punto clave entre padecer una enfermedad mortal y llevar una vida sana. En caso de recibir un diagnóstico de cáncer, hay que recordar que la mayoría de los casos detectados a tiempo tienen muy altas posibilidades de curarse. El de próstata es el tipo de cáncer más diagnosticado entre los hombres de nuestro país.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2022 se diagnosticaron cerca de 31.000 casos de esta enfermedad, que en 2020 ya se saldó con 5.922 fallecidos, una cifra que lo sitúa entre los cánceres más mortíferos para varones. Por eso la detección precoz juega un papel fundamental. Es imprescindible que acudan al urólogo y se sometan regularmente a exámenes de próstata, ya que con ellos se podrá detectar el problema y elaborar un diagnóstico antes de que se propague.