Todo el mundo sabe lo que le espera cuando alguien le anuncia que le va a "cantar las cuarenta". Va a recibir un broncazo de aúpa por algo que ha hecho mal, y normalmente con merecimiento. Tanto es así que en estas situaciones la persona regañada no tiene argumentos para defenderse y solo le queda agachar la cabeza. Pero, ¿cuál es el origen de una de las expresiones más conocidas y utilizadas en el idioma español? ¿Y cómo ha llegado a trascenderlo para referirse a la acción de reprender a alguien de manera firme y decidida?
Pues su germen está en el popular juego de cartas llamado tute, que, aunque profundamente arraigado en la cultura española, tiene raíces en Italia. En este entretenimiento de naipes la combinación de dos cartas específicas, el caballo y el rey del mismo palo (oros, copas, espadas o bastos) otorga al jugador cuarenta puntos, la máxima puntuación posible. Una vez obtenida esa meta se debe de anunciar en voz alta en la jugada, cantarla, lo que genera tensión entre los demás jugadores, que ya ven disminuir drásticamente sus posibilidades de ganar la partida.
Por ello, mientras se está jugando, los participantes bromean con la expresión de 'te voy a cantar las cuarenta' para intimidar al resto de jugadores. Y de ahí la expresión ha evolucionado hasta integrarse completamente en el habla cotidiana. Hoy en día se utiliza en una amplia variedad de contextos para describir situaciones en las que alguien es reprendido con justicia. Es común escucharla en ámbitos familiares, laborales e incluso en medios de comunicación, manteniendo su relevancia en el lenguaje actual.
La Real Academia recoge la expresión 'cantar las cuarenta' con el siguiente significado: “Decirle con resolución y desenfado [a alguien] lo que se piensa aun cuando le moleste”, pero no se sabe a ciencia cierta cuándo se estableció en el habla de la calle. Sí se sabe que el tute fue traído a España por soldados españoles que regresaban de campañas en Italia o por emigrantes que viajaban entre ambos países.
El término "tute" proviene del italiano "tutto", que significa "todo", en referencia a la puntuación máxima que se puede obtener en el juego. Aunque la frase tiene sus raíces en un juego de cartas, a lo largo de los años ha demostrado ser una expresión versátil, capaz de adaptarse a diferentes situaciones en las que se requiere una reprensión directa. Un claro ejemplo de cómo un término o expresión puede evolucionar desde un contexto específico, como un juego de cartas, hasta convertirse en parte del lenguaje común, evidenciando lo rico y flexible que es el idioma español.