El mar no solo es una gran masa de agua en la que refrescarnos durante el verano, es también uno de los principales elementos que afecta al clima del planeta. Desde hace años se viene alertando del calentamiento que están sufriendo los océanos, una subida de temperaturas que este año está siendo evidente en zonas del Mediterráneo, el Cantábrico y también el Atlántico. Ahora un estudio también señala que la principal corriente oceánica que ayuda a regular el clima del planeta está dando señales de colapso.
La principal corriente del océano Atlántico actualmente se encarga de distribuir el calor, el frío y las precipitaciones entre los dos trópicos y la costa atlántica. Sin embargo, según los cálculos de científicos de la Universidad de Copenhague publicados en la revista ‘Nature Communications’, si la emisión de gases de efecto invernadero no se reduce, esta corriente podría colapsar, detenerse, a mediados de este siglo, en solo unos años.
Se trata de la conocida como Circulación de Reversión Meridional del Atlántico (AMOC), un enorme sistema de corrientes oceánicas que mueve las aguas entre los trópicos y que a partir de 2025 podría colapsar en cualquier momento, aunque ponen el foco en mitad de siglo, concretamente apuntan a 2057.
“Puede tener consecuencias muy graves para el clima de la Tierra, por ejemplo, al cambiar la forma en que el calor y la precipitación se distribuyen a nivel mundial. Si bien el enfriamiento de Europa puede parecer menos severo a medida que el mundo se vuelve más cálido y las olas de calor ocurren con más frecuencia, este cierre contribuirá a un mayor calentamiento de los trópicos, donde el aumento de las temperaturas ya ha dado lugar a condiciones de vida desafiantes”, ha querido señalar el profesor Peter Ditlevsen, uno de los principales autores de la investigación y miembro del Instituto Niels Bohr.
Este colapso de las corrientes oceánicas puede acabar provocando cambios en el clima importantes en los próximos años. ¿Qué consecuencias tendría?
Entre ellas, cambios importantes en las temperaturas de la superficie de la Tierra, ya que algunos estudios señalan que las fluctuaciones climáticas más fuertes del pasado, como el último periodo glaciar, se produjeron tras el colapso de la AMOC.
A ello se le debe sumar el calentamiento del mar, que provoca una mayor presencia de huracanes, cada vez más potentes, o cambios en la trayectoria de las tormentas. Esto ya lo empezamos a notar, con ciclones tropicales que ya no solo se encuentran en zonas tropicales, sino que salen a aguas exteriores cercanas a las latitudes europeas rozando las costas de las Azore so las Islas Canarias, donde antes era prácticamente imposible que se acercaran.