El pasado año, la Organización Mundial de la Salud aumentó el cálculo de muertes prematuras por la contaminación del aire a 7 millones de fallecimientos al año en el mundo. La polución , que supone la presencia de impurezas que estropean y corrompen el medio ambiente, se ha convertido en todo un problema en la actualidad que además, ahora podría estar relacionado con el comportamiento sedentario.
Según el Centro de Investigación Biomédica de Leicester del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Atención, la exposición a largo plazo de los niveles de contaminación en el aire está directamente relacionada con el aumento de la pereza. En el caso de Reino Unido, donde se ha llevado a cabo el estudio pionero, supone un total de 22 minutos diarios de tiempo de sedentarismo lo que a su vez, conlleva consecuencias horribles para el organismo.
Según su autor, Jonathan Goldney, la contaminación ambiental no solo tiene que ver con la reducción de nuestro deseo de hacer ejercicio sino que también podría aumentar el comportamiento sedentario como consecuencia de incentivar las actividades en interior. Para realizar el experimento, ‘Walking Away for Type 2 Diabetes’ observó a 644 personas que padecen la enfermedad. Durante tres años, el programa observó los diferentes datos de actividad física y sedentarismo en los sujetos, recogido gracias a sus acelerómetros.
Una vez recogidos, llevaron a cabo una comparación con los datos de niveles de polución, centrándose en las partículas y el dióxido de nitrógeno. Entonces, llegaron a la conclusión de que “los niveles de contaminación del aire pueden afectar la capacidad de las personas para hacer ejercicio o su disfrute del ejercicio. También puede considerarse un factor de riesgo para aumentar los niveles de comportamiento sedentario al fomentar el tiempo sentado en el interior y desalentar el tiempo activo al aire libre, lo que aumenta aún más el riesgo de enfermedades crónicas en un circuito de retroalimentación", afirma Goldney.
Tal y como mostró la tabla de resultados, un aumento de 1 μgm-3 en la concentración de dióxido de nitrógeno en el aire fue asociado con 1,52 minutos adicionales de tiempo sedentario por día cada año, y aquellos expuestos a los niveles más altos experimentaron hasta 22 minutos adicionales de inactividad por día.
Por esta razón, el experto ha insistido en la importancia de las zonas de bajas emisiones ya que “podrían tener un impacto realmente positivo en los niveles de comportamiento sedentario de los individuos y un efecto significativo en la salud pública".