A todos nos ha pasado alguna vez. Querer descansar y oír un zumbido persistente. Los mosquitos están en todas partes y pueden arruinar una noche de buen sueño. En el mercado existen muchas opciones para poder eliminarlos, del clásico insecticida a pequeños electrodomésticos, pero en un mundo donde cada vez se presta más atención a la sostenibilidad, los remedios naturales cobran importancia. Antes de eso, conozcamos mejor a estos insectos, responsables de transmisión de enfermedades como, entre otras, la malaria, el dengue, el virus del Nilo Occidental, la fiebre amarilla y Zika.
Los mosquitos llevan alimentándose de sangre al menos 46 millones de años. Existen más de 3.000 especies de mosquitos y son, prácticamente, ubicuos. Pero no todos pican. Aunque tanto los mosquitos macho como los hembras se alimentan de néctar y savia, solo los mosquitos hembra pican al necesitar la proteína de la sangre para producir sus huevos.
Pueden poner 100 huevos a la vez y su ciclo de vida oscila entre los siete y los diez días. Según el Institute Science for Famility Health, la especie y el tamaño del mosquito van a determinar la cantidad de sangre que succionan. Pero, en todos los casos, su apetito es voraz: algunos pueden beber todo su peso corporal en sangre en una comida. Para entenderlo con un ejemplo, es como si una mujer de 60 kilos comiera 60 kilos de comida en una sola cena.
Los mosquitos son muy selectivos. Les atrae una combinación de calor corporal, olor, el dióxido de carbono que los seres humanos y animales exhalan al respirar y el ácido láctico de la transpiración. Usan sus receptores y su visión para encontrar a sus víctimas y pueden detectar su próxima comida desde una distancia de 50 metros, especialmente en noches de luna llena, cuando hay más luz nocturna.
Se reproducen en el agua estancada, así que el primer remedio para eliminarlos es retirar todos aquellos lugares o recipientes donde pueda haberla. Ese sería el primer remedio, pero no el único. Desde Japón nos ofrecen una serie de alternativas sostenibles.
El katori senko es un tipo de incienso en espiral utilizado tradicionalmente en Japón para repeler mosquitos. El ingrediente principal de este incienso es el piretro, el extracto natural de lste incienso contiene ingredientes como el piretro, el extracto del crisantemo, conocido por sus propiedades insecticidas.
Cuando este incienso se encende se libera un humo que actúa como repelente de insectos y, particularmente, de mosquitos. En Japón, estos incensarios se usan en espacios abiertos y en lugares estratégicos de interiores, cerca de lugares de sombra, donde los mosquitos suelen refugiarse.
El uso de aceites esenciales es una práctica común en Japón para lograr distintos objetivos. Uno de ellos es repeler mosquitos. Los aceites más adecuados son los de eucalipto, lavanda y citronela. El olor de estos aceites cuando combustionan repele a estos insectos, con la ventaja de que son seguros para humanos y mascotas, lo que no ocurre con los repelentes químicos (potencialmente letales para los animales domésticos).
En este caso, se trata de crear una trampa anti-mosquitos. Para ello, utilizaremos botellas de plástico llenas de una mezcla de agua y azúcar, y una pequeña cantidad de levadura.
La fermentación del líquido, que produce dióxido de carbono o anhídrido carbónico (el mismo gas que expulsamos al respirar), atrae a los mosquitos. Cuando entran en la botella, quedan atrapados y se ahogan. Este método es especialmente útil en el interior de las viviendas japonesas, donde se usa con mucha frecuencia al ser fácil de hacer, económico y sin efectos secundarios.