Argelia ha optado por Italia como principal socio europeo energético en detrimento de España tras cerrar un acuerdo para vender al país transalpino el triple de gas que al nuestro a partir de 2023. El primer ministro italiano, Mario Draghi, ha confirmado que la compañía energética Eni ha acordado con la argelina Sonatrach aumentar su suministro en un 40% para abastecer con 9.000 metros cúbicos anuales más de gas. El trato permitirá a Italia reducir su dependencia energética de Rusia, país del que importa el 40% del gas que consume.
Esta decisión de Argelia es una consecuencia directa del giro histórico en la postura del Gobierno español sobre el conflicto del Sáhara, al abogar por el plan de autonomía marroquí como la "base más seria y realista" para la solución al conflicto en la excolonia africana. Hasta entonces España estaba muy bien posicionada para convertirse en un posible centro de distribución de gas argelino hacia Europa. Con el acuerdo con Italia, nuestro país pierde enteros para situarse como hub del sur de Europa y abastecer a sus socios de la UE.
El presidente de Sonatrach, Toufik Hakkar, advirtió a principios de mes que no descarta revisar los precios del gas a su "cliente español" mientras que mantendrá la misma tarifa para el resto de países. España ve inevitable una subida del precio, aunque cree "asegurado" el suministro. La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, confía en que el aumento que aplique Sonatrach sea "moderado" y ha aseverado que la revisión del contrato empezó en octubre del año pasado, cuando el país magrebí decidió cerrar el gasoducto Magreb Europa (GME) que surtía a España y Portugal.
Ante este distanciamiento con Argel, España es ahora mucho menos dependiente del gas argelino que hace cinco meses, cuando era nuestro principal país exportador. En febrero ya solo nos envió un 23,2% del gas y fue ampliamente superado por EEUU, que proporcionó casi el 33% a través de metaneros que descargan el gas licuado (GNL) y después es regasificado en las seis plantas que hay en nuestro país. De hecho, España ha multiplicado por seis su dependencia de los metaneros estadounidenses, que en junio de 2021 suponían solo el 4% del gas que consumía España.
Según fuentes citadas por 'Vozpópuli' el aumento de la compraventa de gas entre Moncloa y Washington va asociado a que Marruecos es el aliado estratégico de Estados Unidos en el Norte de África y Argelia es el socio clásico de Rusia en esa área geográfica. Eso explicaría el giro español en el Sahara.
Asimismo, España también ha elevado del 11 al 17,4% la importación del gas con origen nigeriano. El último dato de Cores eleva la dependencia gasística española por el país africano hasta el 20,7%. Rusia se queda como cuarto proveedor de gas para nuestro país con el 5,7%, mientras que Trinidad y Tobago nos aporta el 5,2% de este hidrocarburo.
En la recámara queda el proyecto de gaseoducto de alta capacidad franco-Español, el Midcat, un intento de crear un hub de gas europeo en nuestro país que lleva varios años paralizado por una serie de problemas económicos y reguladores. Europa ha empezado a ver con otros ojos el gaseoducto por el Mediterráneo ante la autonomía energética que aportaría respecto a Rusia, aunque el Gobierno español ha condicionado la recuperación del proyecto a su viabilidad futura y a que sea financiado por la UE.