Si lo que te hemos dicho hasta ahora te ha llevado a pensar de inmediato en Inteligencia Artificial... tienes razón. La celebrada (y temida) IA, o más bien sus aplicaciones más prácticas y cotidianas, están abriéndose campo entre nosotros a pasos agigantados. Y en casi cada rubro de la actividad humana, desde el arte hasta la agricultura, de la medicina a los viajes espaciales. Por ello cuando hablamos de profesiones ligadas a ella no solo nos referimos a investigación o desarrollo, sino también al análisis y la supervisión de su aplicación desde un punto de vista, por ejemplo, ético.
Toda nueva tecnología que deviene en poder -es la gran metáfora que podemos ver en películas como la aclamada 'Oppenheimer'- conlleva una carga de cuestionamientos éticos, incluso morales que, en el caso de las IA apenas estamos empezando a vislumbrar pero que estamos obligados a enfrentar. Es por eso que, como ocurrió con la cuarta ola feminista y las y los especialistas en género, hoy son muchas las empresas que buscan sociólogos, antropólogos o incluso filósofos que sean expertos en los alcances y limitaciones éticas de la Inteligencia Artificial.
Pero sin duda es el campo de la ingeniería el que tiene un futuro más auspicioso. En un artículo publicado por El Mundo, el ingeniero Ramón López de Mántaras, asegura que ya hay en EE UU un déficit de un millón de profesionales especialistas en Inteligencia Artificial y que en ese sentido "la ingeniería y las matemáticas tienen un futuro extraordinario".
Además, sostiene el artículo, entre los perfiles más demandados están los analistas de datos, expertas en machine learning o especialistas en ética. López de Mántaras también asegura que hay universidades que utilizan series distópicas como Black mirror para enseñar a los estudiantes las posibles consecuencias negativas de este tipo de desarrollo tecnológico. "Es un buen ejemplo porque muestra situaciones que no están tan alejadas de la realidad. No especulamos a cincuenta años vista, sino a cinco o diez", asegura.
Y mientras el FMI asegura que el 60% de sus trabajadores necesitará formación de la IA ya ni siquiera dentro de 10 años, sino en 2027, desde la Universidad Europea aseguran que en los próximos diez años España necesitará al menos 200,000 ingenieros con especialidad en IA para no quedarnos a la saga. Conviene, pues, que los más jóvenes empiecen a prepararse para ese futuro cada vez más inmediato.