El mundo se divide, cada vez más, entre las personas que dominan el espectro tecnológico y las que les cuesta acudir a la tecnología o, directamente, se sienten incapaces de hacerlo. Para unas y para otras, la Inteligencia Artificial ha llegado para solucionarles la vida. Sea en el ámbito que sea y sin necesidad alguna de un conocimiento previo, las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial pueden convertirse en su mejor aliado.
Obviamente, las personas que están acostumbradas a lidiar día a día con el mundo web y no tienen mayor problema en explotar todas sus posibilidades encontrarán en la IA un modo más de sacar partido a todo lo que nos ofrece esta época que nos ha tocado vivir.
Pero también esos otros que no están tan acostumbrados pueden encontrar ahora un resquicio por el que introducirse en este mundo que, a golpe de un click, de una pregunta encontrarán respuestas a muchos problemas del día a día e incluso facilidades a la hora de llevar a cabo su trabajo.
Vayamos con algunos ejemplos en los que la Inteligencia Artificial nos puede echar una mano. Pongamos que este verano nuestro hijo va a comenzar la universidad y nosotros hace ya dos décadas que salimos de ella así que no tenemos la menor idea de qué papeleo hay que hacer ahora. Normalmente acudiríamos a nuestro buscador habitual, que nos remitiría a infinidad de webs donde buscar la información. Pues bien, con la Inteligencia Artificial podemos ahorrarnos esa búsqueda. Sólo con preguntar (con palabras como si tuviéramos 10 años) a, por ejemplo, Chat GPT o Perplexity “¿qué burocracia es necesaria para apuntarte a la universidad en España?”, esta herramienta te explicará punto por punto cada paso a dar. En un primer momento, de forma genérica. Si quieres profundizar más, sólo tienes que ‘repreguntar’.
¿Y si estoy pasando por un mal momento y no me llega para pagar la hipoteca? Pues la Inteligencia Artificial te explica cuáles son tus derechos, desde el derecho a la información o a la dación en pago hasta el de ayuda jurídica gratuita o la protección de tu vivienda. Eso sí, siempre desde un punto de vista sensato, lo cual llama aún más la atención tratándose de Inteligencia Artificial, ya que siempre te recomendará acudir a un abogado especializado en este tipo de temas.
Pero no nos quedemos en las preguntas de lo que puede ser el día a día en la calle. Veamos también cómo las docenas de herramientas de Inteligencia Artificial que existen nos pueden echar una mano en nuestro trabajo, simplificándolo o, directamente, ahorrándonos horas de tediosas labores que podemos aprovechar en otras más productivas. Por ejemplo, hemos tenido una reunión o una videoconferencia de dos horas y ahora tenemos que resumirla y extraer lo más importante, pues sólo con haberla grabado, la Inteligencia Artificial te la transcribirá, la resumirá y, si es preciso, te aportará lo que considere más tras trascendente para que lo valores.
Pongámonos ahora en que tienes un viaje en coche y no te ha dado tiempo a leer un informe para tu próxima reunión. Ahí está la Inteligencia Artificial para leértelo a través de los altavoces del coche sin que suponga mayor distracción para tu conducción. Pero si con eso no ha resultado suficiente, también puedes pedirle que te haga un resumen y que lo compare con otro informe similar publicado el año pasado y que extraiga similitudes y diferencias.
Ahora vayamos al caso opuesto. Tenemos un montón de ideas que queremos plasmar en una presentación pero no dominamos ninguno de los programas que se suelen utilizar. De nuevo, acudimos a la Inteligencia Artificial para dictarle las ideas, darle forma y que ella lo plasme en texto y, si es necesario, en el pertinente documento de presentación.
Y, ¿por qué no contarle la idea que nos ronda la cabeza para un nuevo negocio a la IA y dejar que ella se encargue de todo lo que a nosotros nos llevaría horas en apenas unos segundos? Ya existen aplicaciones con las que generar desde el nombre y el logo hasta la página web, con sus imágenes, textos y enlaces correspondientes listos para ser revisados y utilizados.
Pasemos ahora a otros usos a los que, tal vez, estemos abocados sin remedio a pesar de que, quizá, sean moralmente cuestionables. ¿Tienes que escribir un texto sobre un tema concreto para tu trabajo y no te apetece o no te sientes capaz? La IA lo hace por ti. Sólo tienes que explicarle detalles como el tema, la extensión o el tono a emplear (formal, desenfadado, cordial…) y ella ejecutará, dejando claras incluso las fuentes que ha empleado para la redacción.
¿No te apetece escribir un correo amablemente a todos los invitados a un evento que has puesto en marcha y al que han acudido? Pues la Inteligencia Artificial, con sólo apretar un botón, se encargará de escribir correos personalizados a todos ellos agradeciendo su asistencia.
En definitiva, la Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse. De hecho, se calcula que cada día se crean más de cinco millones de aplicaciones de IA para cubrir nuevas necesidades del ser humano. Sólo hay que echar la vista atrás un par de décadas, cuando torpemente comenzábamos a navegar por ese extraño mundo que era internet y ver cómo hoy forma parte de cada detalle de nuestro día a día para pensar que en cuestión de sólo unos cuantos meses o tal vez años será la Inteligencia Artificial con la que conviviremos casi sin darnos cuenta.