En los últimos meses la Inteligencia Artificial ha estado más presente que nunca en el día a día. En ocasiones sacándonos una sonrisa y en otras escandalizándonos. Pasamos de ver simpáticos vídeos en los que aparecían Chiquito de la Calzada, Mariano Rajoy o Belén Esteban hablando un perfecto inglés con su propia voz a horrorizarnos con el caso de Almendralejo, en el que se comprobó claramente que un mal uso de la IA puede tener graves consecuencias. La última moda ya la habrás visto, convertirte a partir de un par de fotos en alumno de un instituto americano de los 90.
Influencers, cantantes, actores… No son pocas los rostros conocidos y los jóvenes que en los últimos días han viajado a los años 90 para protagonizar su propio anuario estadounidense gracias a la aplicación EPIK, que utiliza un IA para, a partir de unas fotos tuyas, convertirte en el protagonista de una serie adolescente americana.
Se trata de una app creada por la empresa surcoreana Snow que, desde su lanzamiento en verano de 2021, ha logrado más de 92 millones de descargas, aunque ha sido en estos últimos días cuando se ha hecho viral en redes sociales tras el reto de TikTok #YearBookChallenge. Imágenes de famosos y de miles de personas que han recorrido las redes sociales con su versión adolescente noventera, si hasta lo han probado con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
No obstante, y por muy simpático que parezca ver esas imágenes que es probable que tus hijos hayan recreado hay que conocer qué se esconde detrás de esta aplicación que funciona gracias a la IA y hasta qué punto se apropia de las imágenes que le ofrecemos y de nuestros datos.
Su funcionamiento es sencillo. Se abre la aplicación y se selecciona el efecto ‘Yearbook’, que te pedirá de 8 a 12 selfies para que, a partir de esas imágenes, pueda generar las fotos con tu versión de estudiante de los 90. Pero no es tan fácil. Pese a la cantidad de fotos que has visto estos días debes saber que no han salido gratis en lo económico. Para tener los resultados en 24 horas hay que pagar 3’99 euros, mientras que para tenerlas en dos horas el precio es de 6’99.
Además, nada más abrir EPIK tendrás que aceptar las condiciones de uso y su política de privacidad, si no lo haces no podrás utilizar la app de ninguna manera. De esta manera, la misma aplicación reconoce que hace uso de las fotografías de los usuarios para “desarrollar, entregar probar y mejorar la aplicación”.
Y no solo eso, sino que recoge información del smartphone, aunque no se esté utilizando la app, incluso tu lista de contactos. Pero hay más, tal y como el abogado Borja Adsuara afirma a El País, la sede de la aplicación no está dentro de la Unión Europea, por lo que lo más probable es que no se respete la legislación comunitaria acerca de la petición de datos.
De esta manera, aceptar las condiciones de uso permite a la empresa a utilizar nuestras imágenes durante tres años o al menos hasta que el perfil sea cerrado, información que pueden compartir con otras empresas afiliadas a Snow. Es decir, el rostro de cualquiera que haya subido sus imágenes a la aplicación, incluso información relativa a la geolocalización, podrán aparecer en terceros.
Y va más allá, porque si esas empresas se venden a otras o se fusionan, las imágenes y toda su información también, agrandando mucho más a quién hemos cedido esa información sin ser del todo conscientes.