Vivimos entre redes sociales, muchas de las relaciones entre personas se desarrollan a través de ellas para así salvar algunos inconvenientes, como puede ser la distancia. Ahora bien, siempre es importante cuidar lo que publicamos en ellas o tenemos visible en nuestros perfiles. En ocasiones se publican más datos personales de los que se debería y pueden jugarnos una mala pasada si acaban en las manos equivocadas, ya que pueden hacerse pasar por nosotros. Por ello, la Guardia Civil ha recordado las recomendaciones de la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) sobre los datos con los que tendríamos que pensarnos dos veces si vale la pena publicarlos.
En concreto, desde la OSI establecen cuatro datos que, pese a que parezcan inocentes o de primeras pueda parecer que no pasa nada por compartirlos o hacerlos visibles, hacerlos públicos y exponerlos al resto de usuarios de la red puede tener consecuencias. Entonces, ¿cuáles son los principales datos que es mejor dejarlos en la intimidad?
El primero sería la fecha de nacimiento completa. Para la mayoría de las redes sociales es prácticamente obligatorio introducirla para comprobar que se tiene la edad permitida para ingresar o se es mayor de edad. Que hayas que ponerla no significa que tenga que ser obligatorio ponerla visible para el resto de los usuarios, aunque a algún que otro amigo despistado le venga bien para recordarle cuándo es tu cumpleaños. En caso de que caiga en manos equivocadas puede ser clave en el robo de nuestra identidad.
Por su parte está la ubicación actual. Desde subir una historia al Instagram yendo al trabajo hasta una foto de tus vacaciones en la playa. Si somos muy activos, los ciberdelincuentes pueden hacerse una idea de tu rutina diaria o de cuándo tu casa está vacía durante varios días, lo que puede ser peligroso para nuestra privacidad y de cara a un posible robo.
Esto último va ligado al domicilio. Es raro que alguna persona publique su dirección completa, pero siempre hay que estar atentos ante posibles despistes, así como a las pistas que se pueden dejar si subimos fotos de nuestro hogar en las que se pueda acertar por algunos detalles dónde vivimos.
No obstante, el cuarto punto que destacan es el número de teléfono y el correo electrónico, dos datos que, al igual que la fecha de nacimiento, pueden ser necesarios para abrir un perfil en redes sociales. Ahora bien, como ya comentamos, no hace falta hacerlos públicos, pues si nuestro mail cae en malas manos podemos ser víctima de un bombardeo de mensajes con spam o phishing con los que buscan robar algunos de nuestros datos, como los bancarios.
La OSI recuerda que es primordial generar contenido en las redes sociales, pero recalca que una vez se publica algo en ellas "dejamos de tener control sobre esa información", además de que algunas publicaciones pueden afectarnos negativamente. Entre ellas destacan desde comentarios negativos, hasta realizar quejas laborales en nuestros perfiles o fomentar la propagación de noticias falsas.