Cuando se funde alguna bombilla en casa hay que cambiarla y, por lo general, se suele hacer el relevo por una igual para evitar cualquier complicación. Aún así, las bombillas más utilizadas ahora mismo son las LED debido a que son las más más eficientes y las que más vida tienen, pues puede pasar años y años sin que tengas que cambiarlas. Por si esto fuese poco, las bombillas LED consumen mucho menos de lo que lo hacen otros tipos de bombillas, por lo que al final, además de ahorrar en la compra de nuevas, también lo haces en la factura. Ahora bien, ¿sabes que bombilla LED es la ideal para tu casa?
Cualquier bombilla LED no es la adecuada para cualquier estancia o según el uso que se le dé, por eso hay que analizar antes de comprar la que mejor se adapta a tus necesidades. Entre esas características que hay que analizar está la potencia de los lúmenes. La ventaja de las bombillas LED es que consumen pocos vatios pero generan una gran cantidad de lúmenes, que es la cantidad de luz que genera la bombilla.
Por su parte, otro aspecto a tener en cuenta es el ángulo de emisión de la luz, un factor con el que no se suele contar pero que ayudará a mantener la iluminación adecuada. Para habitaciones pequeñas o para la iluminación de algunos rincones lo idóneo son las bombillas de ángulo menor, de unos 40º. Mientras tanto, las bombillas que cuentan con ángulo más abierto, por encima de los 120º, son las perfectas para la iluminación de una habitación entera que, en ocasiones, por muy grande que sea, es suficiente con solo una bombilla.
Un punto positivo de las LED es que se alcanza su máxima iluminación en el momento del encendido, no como otras que tardan varios segundos en llegar a su máximo de potencia. Es más, el encendido y apagado constante puede llevar a un mayor gasto y desgaste de la bombilla, algo que no suele ocurrir con las LED, que no suele afectar de ningún modo a su rendimiento. Por no hablar de su durabilidad, que puede alcanzar las 50.000 horas.
Otro de los aspectos más notables para la elección de las bombillas LED es la temperatura que genera la luz, algo que, aunque la mayoría de veces se hace por gustos personales, tienen sus propias indicaciones, siendo unas mejores para unas estancias que para otras. Esta temperatura se mide en grados Kelvin y si vas a cualquier tienda te encontrarás con tres tipos distintos.
La LED blanco cálido, de 3000K, suele ser la más utilizada porque ofrece una luz ambiental que no llega a ser muy intensa, siendo ideal para salones, comedores o dormitorios. Por su parte, la LED blanco neutro, de 4500K, es algo más intensa y, aunque también suele usarse en estancias del hogar donde se pasa tiempo, como el salón, suelen establecerse en la cocina o los baños, ofreciendo mucha más claridad. Por último está la LED blanco frío, de 5800K, que es la más intensa de los tres tipos. Al ser una luz blanca muy potente no se suele recomendar para el interior de casa, más bien para garajes, almacenes o trasteros que ya de por sí son oscuros y necesitan una gran iluminación.
En cuanto al exterior, todo depende de la oscuridad que haya en el jardín o la terraza, pero por lo general es más aconsejable una bombilla cálida o neutra, ya que la fría puede ser demasiado potente, pudiendo deslumbrar a conductores o peatones de la zona. Y tanto para interior como exterior, ojo con el casquillo, no vayas a comprar una bombilla que no enrosque bien. Por eso, aunque no sea LED, lleva la antigua a la tienda para hacerte con una que sirva en tu lámpara.
Conseguir la bombilla LED ideal no es una tarea complicada, solo hay que tener en cuenta una serie de tips para que sea la adecuada para la estancia donde se va a colocar y que no ofrezca una luz demasiado intensa pero tampoco se quede corta. Por no hablar del ahorro en la factura de luz que te llevas, un punto siempre a favor.