En ese momento en el que tenemos que hacer alguna gestión del banco ponemos los cinco sentidos en ello para no equivocarnos en nada, especialmente si tenemos que enviar dinero, revisando la cantidad de dinero así como el destinatario para que el importe no acabe en manos de un desconocido. Precisamente eso que siempre intentamos evitar es lo que le ha ocurrido a Gordon Layton, un hombre australiano de 88 años. Layton compró una casa y al hacer la transferencia que se niega a devolverle el dinero.
Ese fallo del que entonces no tenía conocimiento ha terminado en una pesadilla de la que aún no termina de despertar. Según su hija, Jacqui Morrison-White, ha comentado a un medio australiano que "a las tres horas de esa transferencia ya sabíamos que había cometido un error". Dada la agilidad con la que se cercioraron del fallo, pensaban que se solucionaría al notificarlo rápidamente a los dos bancos, tanto al de Gordon Layton como el de la persona que por sorpresa se ha encontrado 60.000 euros en su cuenta.
Fue junto a su hija con la que avisó a las entidades bancarias, pero al estar el dinero ya en la cuenta del tercero, era imposible detener la transferencia. Con toda la picardía del mundo, el hombre que recibió el dinero en su cuenta decidió sacar los 60.000 euros en efectivo, por lo que ahora las entidades financieras se han visto con las manos atadas.
"Los fondos se habían retirado ese mismo día y tuvieron que pedir permiso al destinatario no deseado para recuperar el dinero. Por supuesto, dijo que no", relata la hija, que pensaba que existían varios días hasta que la operación se efectuase y se pudiese, además, sacar el dinero. Ahora Layton intenta mantener la calma porque tiene problemas de salud y los nervios no son buenos para su tensión arterial.
El hombre ha emprendido acciones legales acusando al tercero de robar su dinero de manera ilegal. Por su lado, su hija culpa a los bancos. "Dos grandes bancos ganan toneladas de dinero al año para sus accionistas. Pero un jubilado comete un error y se lavan las manos y cuentan que 'no podemos ayudarte'. Eso está mal".
¿Y qué han dicho los bancos? ING ha comunicado que Layton hizo la transferencia equivocada a alguien con una cuenta en ANZ. Al ser conscientes de ello enviaron una solicitud de retiro al otro banco pero no pudieron devolverlo. A su vez, ANZ declaró que "dependiendo de cómo se realice un pago, puede liquidarse en un periodo de tiempo muy corto o tardar hasta 48 horas antes de que esté disponible en la cuenta del destinatario" y en este caso fue efectiva al momento.
Pero ante todo este tinglado la peor parte es que no solo Gordon Layton puede perder su dinero, también su casa, pues la compañía inmobiliaria amenaza con tomar acciones para obtener el dinero que, por error, no llegó a ellos. "Si no recuperamos el dinero, mi padre tiene que vender su casa para poder pagar la deuda. ¿Es eso junto?", se pregunta Morrison-White ante la incertidumbre que tiene ahora mismo su padre.