Son días históricos para Estados Unidos. Después de la toma del Capitolio por fanáticos ultras de Donald Trump el pasado 6 de enero, el país se prepara para el cambio de gobierno. Al presidente saliente le quedan apenas unas horas hasta que Joe Biden, presidente electo, asuma el poder. Mientras tanto, Biden, que se convertirá en el presidente norteamericano número 46 tras la toma de posesión, ultima su gabinete para encarar una legislatura que se prevé tensa. Y en las últimas horas se ha conocido un nombramiento inédito en la historia de Estados Unidos: el de la doctora Rachel Levine (64 años), la primera mujer transgénero en ocupar un cargo gubernamental a nivel federal, como Subsecretaria de Salud de la administración demócrata.
Aunque será su primera vez en un cargo federal, Levine cuenta con experiencia en el desempeño de funciones públicas relacionadas con la salud. En 2015, tras una carrera de prestigio en el ámbito sanitario, fue nombrada médico general de la mancomunidad de Pensilvania, cargo que ocupó hasta 2017. Entonces, el gobernador de Pensilvania, Tom Wolfe, que había sido su valedor en 2015, la promovió al cargo de Secretaria de Salud del mismo estado. Antes de comenzar con el desempeño de sus funciones, Levine deberá ser ratificada por el Senado, de mayoría republicana. En los dos nombramientos previos, alcanzó la mayoría necesaria sin problemas.
Ayer mismo se despidió de Pensilvania en un comunicado compartido a través de Twitter, donde aseguró que había sido un honor "servir a la gente de Pensilvania bajo el liderazgo del Gobernador Tom Wolf". Se mostró "extremadamente orgullosa" del trabajo realizado "para salvar vidas frente a la pandemia global de COVID-19".
Biden se deshace en alabanzas hacia ella, teniendo en cuenta que ha sido una de las caras visibles durante la pandemia en el Estado de Pensilvania y que, además de sus funciones públicas y médicas, también ha sido docente en la Escuela de Medicina de la Universidad de Penn State. "La doctora Rachel Levine nos dará el liderazgo y expertizaje que necesitamos para que la gente pase la pandemia", dijo en un comunicado recogido por The New York Times. "Es una opción histórica y profundamente cualificada para ayudar a liderar los esfuerzos sanitarios de nuestra administración".
Las redes sociales y los medios de comunicación se han cebado con ella en más de una ocasión. Ha sido objeto de constantes burlas, deslegitimaciones y mensajes tránsfobos. Cuando la pandemia le hizo conocida, un comisionado de un municipio cercano a Pittsburgh dijo que estaba "cansado de escuchar a un hombre vestido de mujer". En algunas entrevistas que le han realizado, los presentadores se han referido a ella repetida (y deliberadamente) como "señor", y en redes sociales son comunes los memes de corte transfóbico contra ella.
Se graduó en la Universidad de Harvard y continuó su formación en la Escuela de Medicina de Tulane. Desde entonces fue jefa de residentes del Centro Médico Mount Sinai de Nueva York. Antes de su salto a la vida pública, formó parte de la junta Equality Pennsylvania, una organización de derechos LGTBIQ de su estado natal, Pensilvania. A partir de ahí, Tom Wolfe quiso incorporarla a la gestión sanitaria del estado.
Ella y su perro, un Terrier llamado Bailey, son inseparables. Entre sus intereses se encuentran pasar tiempo con él, dar paseos, comer en restaurantes y ver películas, según cuenta en una entrevista concedida a la Association of State and Territorial Health Officials, organismo de salud pública que preside.
Ahora, a sus 64 años y con dos hijos que tuvo en su matrimonio con Martha Levine, antes del cambio de sexo, afronta el que será el reto más importante de su vida pública en medio de una situación de tensión política y social sin precedentes en el país. Además, asumirá un rol importante dentro de la Secretaría de Salud en un momento en el que la pandemia vuelve a azotar con fuerza al país, que ya supera los 400.000 muertos desde el mes de marzo, según las autoridades sanitarias.