Reúna usted a una treintena de genios en una sala de conferencias en Bruselas para hablar de 'Electrones y fotones' y cambiará la historia de la ciencia. Por supuesto, con tanta mente brillante en el patio de colegio que fue la Quinta Conferencia Solvay, también será testigo de escenas como esta: Heisenberg formula su 'principio de incertidumbre', Albert Einstein comenta desencantado que "Dios no juega a los dados" a lo que Bohr, impaciente, responde: "Einstein, deja de decirle a Dios lo que tiene que hacer". Ese nivel. Todo esto ocurría entre el 24 y el 29 de octubre de 1927, en el marco de la Quinta Conferencia Solvay, el encuentro científico más célebre de la historia de la ciencia.
17 de los científicos que aparecen en la foto obtuvieron el Premio Nobel en sus respectivas disciplinas, pero solo uno de ellos lo obtuvo dos veces y en dos disciplinas diferentes, Física y Química, en 1903 y 1911 respectivamente. Por supuesto, hablamos de la única mujer del grupo, Marie Curie, que ya era toda una celebridad dentro y fuera de la comunidad científica. Lo mismo que Einstein, que había recibido el Nobel apenas cinco años atrás, cuando ya era famoso por su Teoría General de la Relatividad.
Marie Curie, como se sabe, tuvo que lidiar con un entorno absolutamente masculino: de hecho, 12 años antes, durante la celebración de la primera Conferencia Solvay, Curie se enteraría de que unas cartas personales suyas habían sido robadas. Era la correspondencia entre la científica y su amante Paul Langevin. Curie ya era viuda y Langevin estaba casado, pero separado, pero aun así la científica fue blanco de incontables ataques y juicios morales, golpes habituales contra las mujeres que destacan (en cualquier época, incluida la actual).
Todo empezó con un joven belga llamado Ernest Solvay nacido en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Se dice que una enfermedad impidió a Solvay asistir a la Universidad, pero lejos de amilanarse y dotado de una enorme curiosidad científica, se convirtió en químico autodidacta, llegando a desarrollar el llamado 'proceso Solvay', un método para la producción de carbonato sódico que mejoró y desbancó al método Leblanc existente. Sus investigaciones empíricas le llevaron a adquirir su primera patente para la producción de sosa (empleada en la fabricación de vidrio) en 1861, con lo cual se vio tempranamente millonario.
Así fue como, a pesar de no haber pisado la Universidad en su juventud, Solvay dedicó gran parte de su fortuna a la filantropía en el ámbito académico. Grandeza de espíritu. Otra prueba de su inteligencia: fue de los primeros empresarios que implementaron un sistema de Seguridad Social para sus empleados y un precursor de los derechos laborales.
Es en ese espíritu que nace la primera Conferencia Solvay, un 'congreso' en realidad, que pronto se haría célebre como una especie de Salón de la Fama de la Ciencia y que es celebrado hasta el día de hoy cada tres años. ¿La finalidad? Que los científicos más relevantes expongan sus últimas investigaciones, las sometan a discusión y publiquen las actas.
La de la foto fue la Quinta Conferencia, y su tema, como queda dicho, era 'Electrones y fotones', pero giró en realidad en torno a la teoría cuántica, entonces recientemente formulada a partir de los avances en relatividad.