Dicen los argentinos sobre Carlos Gardel -la estrella del tango fallecida hace casi 90 años- que 'cada día canta mejor'. Lo mismo puede decirse de José Monge Cruz, Camarón, cuyo registro, inigualable, solo parece mejorar con el tiempo. Y han pasado ya 32 años desde que nos dejó el mayor cantaor de la historia. 164 canciones en 16 álbumes de estudio dan cuenta de su genialidad. Y una obra maestra auténticamente revolucionaria, 'La leyenda del tiempo', lo hace inmortal.
La historia de 'Oviedo, San Mateo 1991', según recoge el periodista Jaime Cedillo en El Cultural, empezó el mismo 13 de septiembre de 1991, cuando el intérprete, secundado por su fuel guitarrista, el legendario Tomatito, se presentó en la Plaza de Toros de Buenavista, en el marco de las fiestas del pueblo. Allí, el técnico de sonido Boby García decidió registrar el concierto en una grabadora digital Yamaha que acaba de comprarse. Dicho registro fue atesorado por García durante tres décadas, hasta que al volverlo a escuchar, quedó maravillado por la calidad del sonido y se decidió a cederlo al hijo de Camarón, Luis Monge, que ha sido el encargado de producir el álbum.
Igualmente valioso es el libreto que acompaña el disco que ahora se publica y en el que han participado 50 artistas contemporáneos como como Rosalía, Miguel Poveda o C. Tangana. La catalana asegura allí que un día, cuando tenía 13 años, "sonó Camarón y fue como si su voz fuera una flecha y me traspasara el corazón. Descubrirle fue una de las grandes epifanías de mi vida. Siempre que le escuchaba cantar pensaba: 'Camarón sabe algo que los demás no sabemos'".
Como se sabe, y aunque hay consenso sobre el legado artístico de Camarón, hay una disputa de años sobre los derechos de su obra, que ha pasado por los dolorosos entresijos de la industria y en sobre la que se discute la autoría de muchas de las canciones que interpretó. Según recoge el periodista Cedillo, para el hijo del artista son muchos los que "se apuntaron lo que les dio la gana y a él lo dejaron fuera siempre". Según Monge, cuando el artista llegó a Madrid lo hizo "sin que nadie le dijera cómo iba esto. Cuando falleció y nos enteramos de cómo iba el percal, intentamos poner las cosas en su sitio. Y ahí estamos luchando todavía".
Más allá de este dilema en curso (legal) siempre es un lujo volver a escuchar a Camarón, particularmente si se trata de un concierto que, según dicen, fue legendario. El artista fallecería menos de un año después de aquella noche. Desde este viernes, finalmente, podemos compartir -en versiones casete, cd y vinilo- ese momento epifánico.