Corría el año 1985 cuando Regina Do Santos, cantante brasileña, llegaba a España cargada de emoción de canciones con las que nos deleitó en muchos platós. Temas como ‘El negro zumbón’ y ‘La chica de Ipanema’ forman parte de su repertorio. La cantante se convirtió en una de los habituales en todos los programas de música de la noche.
Los años 90 fueron su época de mayor esplendor, pues llegaba cargada de espíritu brasileño, de carnaval y de samba. La brasileña trabajó durante más de una década como colaboradora en infinidad de programas de televisión y amasó una gran cantidad de dinero, aunque pudo haber ganado más si hubiera vendido reportajes que siempre hacía para revistas del corazón de forma gratuita. No obstante, como ocurre en muchos casos, la fama se olvidó de ella y su teléfono dejó de sonar.
A principio de año, volvió a ser noticia tras una grave caída en la calle, pero la artista supo aprovechar la ocasión para volver a los focos y hace poco aseguraba que se sentía olvidada y que no encontraba trabajo. Una dura situación para alguien que lo dio todo en España y a quien España también le dio mucho.
En abril de este año, un programa de televisión localizaba a Regina Do Santos tras una caída en la calle. Un redactor le preguntaba cómo se encontraba: "He tenido un accidente. Me he caído en la calle", afirmaba con la cara amoratada, hinchada y con sendas heridas cubiertas por un apósito y esparadrapo y una tirita. "Ahora tengo la cara menos menos hinchada. Me hice una brecha encima de la ceja derecha y un corte entre la nariz y el labio superior porque me caí de cara con las gafas de sol puestas. Empecé a sangrar como una loca, se pararon cuatro chicas que venían caminando, llamaron a una ambulancia y cuando llegó la ambulancia, los chicos de la ambulancia me dijeron que tenía que ir a urgencias a que me dieran puntos de sutura en la ceja y a que me revisaran", explicaba.
En 2011 participaba en el reality ‘Acorralados’, donde la audiencia la expulsó en primer lugar, pero luego optó por repescarla, desde entonces comenzaron a escasearle las ofertas de trabajo. Y, aunque durante años había seguido la estrategia de la hormiga, ha podido vivir de sus ahorros hasta hace poco.
En una entrevista concedida a ,Socialité,, la cantante y bailarina, ha explicado entre lágrimas su complicada situación actual, que la lleva a no poder trabajar, porque no la llaman. De hecho, se siente "olvidada". La brasileña, reclama una oportunidad para volver a trabajar, ya que dice tener la salud para ello: “Es muy duro tener que ir retirándote antes de que tengas ganas”.
“Puerta que golpeas, puerta que se cierra”, se quejaba la artista y cantante de ‘Mamá, yo quiero…’. “Siempre tienes que estar demostrando que todo va bien para todo el mundo”, pero, sin embargo, su situación dista mucho de la alegría. “Duele, y duele mucho, que la gente pase de ti. Saber que importas poco. Olvidada y borrada para muchos”.
Tras su entrevista muchos la consideraron un juguete roto de los años 90. Sin embargo, ella desmiente que si situación económica y profesional sea mala. "Todo lo que se ha dicho es mentira. Estoy bien, con el piso pagado, sin deudas, con buena salud y jubilada. No pido trabajo ni dinero", aclara la artista en Pronto, que informa que actualmente vive con una pensión de 1.200 euros y sus ahorros. "No soy una muerta de hambre ni ando pidiendo. No entiendo que se cuenten cosas que no son ciertas. No estoy en la miseria", asegura.
La brasileña asegura que: "Vivo sola, no tengo vicios, no mantengo a un chulo, no me drogo... Mi droga es el gimnasio, hacer deporte y mantenerme en forma". En cuanto a su jubilación, indica que decidió dar el paso porque, aunque físicamente está "perfecta", ya no quiere arrastrarse "de un lado para otro, mal pagada y con demasiados impuestos". "Jubilada vivo mucho mejor", termina.