La espera, para sus millones de fanáticos, está a punto de terminarse: en junio vuelve una de las sagas más populares de todos los tiempos. 'Indiana Jones y el dial del destino', quinta (y muy probablemente última) pieza de la franquicia, iniciada con 'Los cazadores del arca perdida' en 1981, tendrá sin embargo un preestreno especial en el marco del próximo Festival de Cannes, en mayo. Y como no podía ser de otra manera, el buen Indy llega a sus casi 45 años de vida fílmica volverá a ser interpretado por un incombustible Harrison Ford. Con 81 años, el último héroe de acción, se vuelve a encasquetar el mítico sombrero... solo que esta vez en un mundo que parece querer dejarlo atrás.
Para empezar, no están ni Steven Spielberg ni George Lucas. O están solo parcialmente, tanto el director como el productor de las cuatro cintas anteriores decidieron dar un paso al costado esta vez aunque en los créditos figuren como productores. James Mangold será el encargado de dirigir a Ford y compañía en esta nueva aventura. Pero no solo eso, por primera vez veremos a un Indy rejuvenecido gracias a la tecnología AI aplicada por Lucas Films. De hecho, ha trascendido que la película abrirá con una larga secuencia inicial en la que podremos ver al Indiana Jones de las primeras cintas, gracias al rejuvenecimiento digital.
Otra de las grandes novedades de esta nueva entrega es la presencia de Phoebe Waller-Bridge ('Fleebag'), la guionista y actriz, reconocida también por su feminismo desenfadado y confrontacional. Waller-Bridge, que interpreta aquí a Helena, ahijada del arqueólogo aventurero, ya formó parte del equipo de guionistas de la última película de James Bond y parece embarcada en una causa por revisar grandes íconos de la masculinidad, por lo que es probable que su presencia en la cinta agregue una lectura del héroe y de sus aventuras más acorde con los tiempos.
Sin embargo, así como Indiana Jones no sería lo mismo sin Harrison Ford, tampoco sería lo mismo sin sus fans. Y sus fans saben lo que quieren. Por eso, además de la secuencia inicial con el Indy clásico (el que odiaba a los Nazis y a las serpientes casi por igual) los productores han recuperado a personajes entrañables como Sallah, a quien no veíamos desde 'La última cruzada' y que en esta ocasión vuelve a ser interpretado por John Rhys-Davies. Además, estamos en 1969, en plena edad de oro de la Nasa y el arqueólogo se verá envuelto en un misterio alrededor de la carrera espacial en el que la mente criminal resulta ser... un ex Nazi. Por si fuera poco, John Williams vuelve a estar al mando de la música con lo cual la emoción ochentera está garantizada.
Y hablando de música, es ya célebre el comentario sarcástico del cascarrabias Harrison Ford en un homenaje a John Williams: "Esa maldita música me sigue a todas partes" dijo cuando al subir al escenario sonó, como no, el tema principal de Indiana Jones. "Suena cada vez que subo a un escenario, cada vez que bajo de un escenario... sonó en mi última colonoscopía", agregó. Más allá de eso, también es célebre la sinceridad de Ford cuando se trata de sus grandes roles. Cuando le preguntaron que lo motivó para su vuelta al papel de Han Solo (sin duda su otro gran rol cinematográfico) en 2015, contestó: "el cheque". El cheque, esta vez, habría rondado los 12 millones de dólares. Nada mal para un octogenario al que solo le pedimos que siga siendo Indy por el resto de sus (y nuestros) días.