Es una estrella de Hollywood. De las que no tienen fecha de caducidad. Harrison Ford lleva más de 50 actuando cuando la realidad es que, aquel muchacho que empezó como carpintero, solo quería dedicarse a la actuación, sin pretensión alguna por la fama. Pero el talento, y protagonizar sagas míticas, es lo que tiene. Ahora se enfrente al fin de una de ellas, a la despedida de su Indiana Jones, el arqueólogo más famoso de la pantalla al que dice adiós a los 80 años con su quinta entrega. Un personaje que le ha acompañado en algunos de los momentos más felices e importantes de su carrera.
En 1964 Ford se había casado con Mary Marquardt, matrimonio del que nacieron sus dos hijos mayores, Benjamin y Willard. Se separaron en 1979, pero eso no rompió las relaciones y, debido a la esclerosis múltiple que sufre ella, el actor se ha hecho cargo de sus gastos médicos.
Fue tras ese divorcio cuando llegó ‘En busca del arca perdida’, la primera película de la franquicia Indiana Jones que terminó por consolidarse como uno de los grandes actores del momento gracias a su trabajo con Steven Spielberg, director del largo, y George Lucas, productor.
El éxito había que aprovecharlo y en 1984 se estrenaba ‘Indiana Jones y el templo maldito’, considerada por muchos la más oscura de la saga. Unos pocos años en los que se habían producido cambios en su vida. Un año antes del estreno, en 1983 se compró un rancho en Wyoming para vivir con Melissa Mathison, su segunda esposa, a la que conoció durante el rodaje de ‘Apocalypse Now’.
En aquel momento esta especie de huida de los focos extrañó a muchos por ser el instante en el que su carrera despegaba por todo lo alto. “Necesito equilibrio, estar en una situación donde no se me concedan todos los caprichos, donde tenga que cortarme mis propias uñas, hacer la compra y fregar los cacharros. Ser normal es una especie de victoria”, decía Ford. Su sueño estaba cumplido, era actor, pero en sus planes nunca estuvo ser una de las grandes estrellas del cine.
La tercera tampoco tardó en llegar. En 1989 se estrenó ‘Indiana Jones y la última cruzada’, película que parecía iba a cerrar una trilogía, con Spielberg y Lucas a los mandos de nuevo y con Sean Connery en el reparto. No solo eso, el rodaje trajo al equipo a España, a rodar en el desierto de Tabernas y en las playas del Cabo de Gata.
Durante esos años nacieron sus dos hijos con Mathison, Malcolm y Georgia. El matrimonio parecía feliz, sin embargo, en 2004 se divorciaron en una separación que está considerada una de las más costosas de la historia de Hollywood.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que Indiana Jones volviese. Ford siguió trabajando como siempre, considerándolo como un oficio normal, como una persona que simplemente en sus inicios tuvo suerte. Entonces, en 2008 se estrenaba ‘Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal’ con él a la cabeza y Spielberg y Lucas tras las cámaras.
Harrison Ford ya no era el mismo, se había convertido en abuelo, se había divorciado por segunda vez y se había comprometido con causas sociales o medioambientales. En el mismo 2008 protagonizó un anuncio en el que se depilaba el pecho con cera para denunciar la deforestación, mientras que, en 2007, en el Días de acción de gracias se unió a Kirk Douglas para servir comida a las personas sin hogar.
En 2010 pasó por tercera vez por el altar con la actriz Calista Flockhart, el que ha sido su último amor, quien la ha acompañado durante todos estos años. Ford adoptó a Liam, el hijo de Calista que ella misma había adoptado en 2001 como madre soltera.
Estos años le han permitido reencontrarse con los personajes que lo alzaron a la fama, como Han Solo o en la secuela de ‘Blade Runner’. En esta última, durante una entrevista, Ford lloró. ¿Es importante para usted que la película tenga un mensaje, que sea una metáfora en torno a la situación de los refugiados en la actualidad? ¿Puede el cine de Hollywood y películas como Blade Runner concienciar al público para que las cosas cambien, para que el futuro no sea el que se presenta en la película? Esta fue la pregunta que le hicieron desde Esquire. El actor fue incapaz de responder y se le saltaron las lágrimas.
“Esta pregunta justifica mi existencia como actor. Me hace sentir útil, que mi trabajo sirve para algo que realmente importa. Me gusta pensar que el cine no es solo una transacción comercial, que hay en él cierto grado de nobleza, que es capaz de crear vínculos entre las personas, que explora la verdadera dimensión de las relaciones", respondió.
Tras recuperar a dos de sus personajes, le toca despedirse de Indy en ‘Indiana Jones y el dial del destino’. Esta vez sí, es la que le dice adiós al personaje que le ha acompañado durante más de 40 años en los que Harrison Ford se ha convertido en icono intergeneracional.
Una vuelta que le ha llevado a recibir la Palma de Oro Honorífica en Cannes acompañado de Calista Flockhart ante una inmensa ovación del público que le hizo emocionarse. ¿Hay vida después de Indiana Jones? La respuesta es sí. Harrison Ford no piensa en la jubilación a los 80 y ya tiene más de un proyecto entre manos, entre ellos, su llegada al cine de superhéroes de la mano de Marvel.