Cuando tras la muerte de Johnny Hallyday, el gran icono del rock francés, se desató una feroz batalla por su herencia entre la viuda y sus hijos, el actor Alain Delon, gran amigo del cantante, se juró que no dejaría que algo así pasara en su familia. A sus 87 años y después de superar dos ictus, en 2018, el eterno galán va haciéndose a la idea de que un día faltará y por ello está empezando a dejar todos los cabos atados. Su plan es subastar todo su patrimonio y así evitar conflictos entre sus familiares más cercanos, según informa 'La Razón'.
Entre estas pertenencias hay objetos de valor, como la colección de arte "60 años de pasión", integrada por obras de Delacroix, Edgar Degas, Matisse, Millet y otros, y que acaba de subastar en París por ocho millones de euros. Concretamente, 'La bahía de Sainte-Adresse', de Raoul Dufy, alcanzó la cifra más alta, más de un millón de euros.
El objetivo del mito del cine francés es dejar todos sus asuntos en orden y con la liquidez suficiente para que los repartos sean sencillos y equitativos. "Lo estoy preparando y quedará resuelto antes de mi muerte, guste o no. Si no lo hiciera, sería terrible, estallaría una guerra entre hermanos y es algo muy triste que jamás quiero que ocurra", explicaba en 2018 en una entrevista a 'Paris Match'.
En mayo falleció Ari Boulogne, su hijo ilegítimo, y Delon evitó pronunciarse en público. La relación con sus hijos, Anthony, Anouchka y Alain Fabien, ha sido de altibajos, pero actualmente las aguas bajan tranquilas entre ellos. Sobre todo desde que tuvo sus ictus. El menor se mudó hace un par de meses al valle de Loira, donde vive el actor, para estar cerca de él. Y su hija será su testamentaria a la hora de repartir su patrimonio.
Al intérprete de 'El samurái' le cuesta resignarse al bastón, a los achaques de la edad y a la pérdida progresiva de los seres queridos, como su gran amigo y rival, Jean Paul Belmondo, o su exesposa Nathalie. El año pasado se publicó que Delon quería recurrir a la eutanasia cuando se acercara a la muerte. Lo cierto es que se malinterpretaron las palabras de su hijo Anthony, al que confió que en caso de caer en coma no le gustaría vivir atado a una máquina, pero el actor nunca ha pedido la eutanasia. Su gran deseo insatisfecho, y que no ya no parece probable que vaya a cumplir, es haber rodado una última película a las órdenes de una mujer.