Vic Morrow interpretaba a Bill Connor un hombre racista y amargado -la vida le había relegado a un doloroso papel secundario- que tras unos viajes en el tiempo se redimía salvando a dos niños vietnamitas para volver a casa como un hombre nuevo. Esa era la idea. Y esa era la secuencia (improvisada en el guión) que se rodaba la madrugada del 23 de julio de 1982 bajo la dirección de John Landis.
Nada salió como se esperaba. Durante el rodaje, Vic Morrow, un actor temperamental, que lidiaba con el alcoholismo y hacía tres años que no veía a su hija pequeña - que se convertiría en la actriz Jennifer Jason Leigh- murió decapitado por las hélices de un helicóptero. Los niños actores a los que debía salvar en la escena murieron también en el acto. Uno de ellos aplastado, el otro con medio cuerpo cercenado.
'En los límites de la realidad' ('Twilight Zone: The Movie') era un homenaje a la mítica serie de los 50-60 y tenía cuatro directores para otros tantos episodios, Landis (que venía de hacer 'Granujas a todo ritmo' y otras citas cómicas y haría posteriormente cosas como 'El príncipe de Zamunda'), Steven Spielberg (que también produjo la cinta), Joe Dante y George Miller. El episodio con Vic Morrow era el primero.
Landis, un director que ya tenía cierta fama de déspota y descuidado en los rodajes (por lo que el propio Spielberg, por entonces muy amigo suyo, le habría llamado la atención alguna vez) se habría saltado algunos normas mínimas de seguridad, como rodar con niños de madrugada. De hecho, a los menores Myca Dinh y Renee Shin-Yi Chen se les 'contrató' como extras para no tener problemas con el sindicato de actores y poder hacerles trabajar toda la noche. De hecho no hubo contrato legal sino pago en metálico. El helicóptero, un Bell UH-1 Iroquois de uso militar, maniobraba a solo siete metros del actor y los niños y era pilotado por un ex combatiente de Vietnam sin experiencia en películas que al parecer tuvo un ataque de pánico ante las explosiones del rodaje (cuyas llamaradas además afectaron al rotor del helicóptero).
Durante los ensayos, el piloto habría notado que la nave no se comportaba con normalidad pero habría guardado silencio por temor a que Landis lo despidiera.
Tras el accidente fueron llevados a juicio tanto el director como el piloto, un productor asociado y los especialistas en explosivos, que fueron acusados de homicidio involuntario, pero fueron declarados no culpables en los juicios civil y penal. El accidente sin embargo tuvo consecuencias. Para empezar, acabó con la amistad de Spielberg y Landis, ya que el primero dejó de hablarle y siempre se habló del accidente como la peor experiencia profesional de su carrera mientras que a Landis le tomó casi veinte años admitir en una entrevista que no dejaba de pensar en el trágico hecho ni un día de su vida.
Pero más importante aún, la tragedia hizo que Hollywood prestara mucha más atención a los asuntos relacionados con la seguridad, se realizaron reformas laborales para proteger a los menores de edad y se implementaron regulaciones de seguridad en los estudios cinematográficos.