Sharon Stone es una de las actrices más reconocidas de la década de los 90 gracias a películas como ‘Instinto básico’ o ‘Casino’. Sin embargo, a comienzos de los 2000 tuvo que hacer un parón en su carrera para cuidarse, pues tras sufrir unos dolores de cabeza, finalmente acabó ingresada tras detectarle una hemorragia cerebral como consecuencia de un aneurisma. Su salud se resintió y tuvo que rebajar el ritmo de trabajo. Pese a que han pasado más de dos décadas desde aquel bache, la actriz asegura que sigue viviendo las consecuencias.
No han sido años fáciles para la actriz, que ha visto como su fortuna descendía, fallecía su hermano y hace unos meses contaba que le habían diagnosticado un tumor que debían extirparle y que le encontraron tras una segunda opinión y un primer diagnóstico erróneo.
Con menos trabajo como actriz, Stone ha encontrado en la pintura una nueva pasión que se despertó en mitad de la pandemia y que ahora se materializa en una exposición en una galería de Connecticut. En una entrevista a Associated Press la intérprete asegura que pintar le “trae mucho placer” y, lo más importante, “tengo una discapacidad y pintar me ha ayudado a no tener la ansiedad que tenía”.
Sharon Stone se refiere a la hemorragia cerebral que sufrió cuando tenía 41 años y de la que tuvo una costosa recuperación. “Tenía entre un 1% y un 5% de posibilidades de sobrevivir. Todos pensaron que iba a morir. Me sucedieron muchísimas cosas malas porque la gente supuso que estaba muerta. Mi cuenta bancaria llegó a cero mientras estaba en el hospital, mi dinero desapareció. Perdí la custodia de mi hijo. Mi carrera terminó”, relata la actriz, que denuncia que no consigue mucho trabajo en cine y televisión.
Además, revela que tiene “una afección convulsiva cerebral que es muy grave. Y traté de ocultarlo durante muchos años porque quería regresar al cine. Y si tienes una discapacidad, eso realmente no funciona en mi industria. Me oculté en mi afección por muchos, muchos, muchos años. Y es lo que soy”.
Y la pintura le ha ayudado a aceptarse y a calmar su ansiedad. “Pude deshacerme de todo ese miedo y trauma de que no sería aceptada, no podría trabajar en mi comunidad. ¿Y sabes qué? Realmente no me querían de todos modos. No me iban a dejar volver a entrar y estoy de acuerdo con eso”, ha señalado la actriz.