Algunas noches de cena y peli en casa apostamos por alguna comedia romántica que no nos haga pensar con la única expectativa de dejarse llevar, disfrutar, llorar y reír. Esa elección era recurrente durante la pandemia cuando era necesario evadirse para olvidar el encierro al que nos vimos obligados, el Covid y sus consecuencias. Resulta que la ciencia ha definido cómo es la película romántica perfecta y por qué engancha.
Un buen director de cine sabe perfectamente cuáles son las claves de éxito de una comedia romántica. Lo cierto es que a la crítica y a los premios les gustan los largometrajes más sesudos, el drama o los efectos especiales. Sin embargo, el público también sigue apostando por películas más simples, con personajes que se enamoran, viven situaciones cómicas y terminan en un final feliz.
Muchos actores también aseguran que provocar una carcajada tiene mayor dificultad que infundir miedo o tristeza. Con todo esto expertos en el sector del cine, la psicología y la neurociencia coinciden en los aspectos que hacen triunfar a una comedia romántica. Cumplen su cometido que es entretener y no hay otras pretensiones como sí sucede en otros géneros que buscan un debate, desasosiego, temor, indefensión…
Christina Wilkins, profesora de cine y escritura creativa de la Universidad de Birmingham, enumera los cuatro puntos que comparten todas las comedias románticas de éxito. Se hace eco de ello en un artículo publicado en septiembre pasado por Theconversation.com. En primer lugar, cita el conflicto, aunque no es un conflicto real como el que se expone en una película de guerra o en un drama.
Se trata de un problema que siempre acaba bien, cosa que ya sabe de antemano el espectador. Lo habitual es que se produzcan entre padres e hijos (porque éstos han elegido una pareja que no esperaban sus progenitores); entre personas que al conocerse se rechazan, pero después se enamoran; o debido a una decisión trascendental como dejar a un lado por amor la carrera profesional que tanto costó labrarse.
Esta profesora de cine y escritura creativa explica que otro factor que comparten las comedias románticas exitosas es la falta de comunicación entre los personajes que provocan decisiones equivocadas y situaciones divertidas y sorprendentes. Un tercer punto es el paso de la amistad al amor y por último destaca la inclusividad. En las películas actuales de este género entran en acción otras relaciones totalmente diferentes al estereotipo de hombre y mujer blancos y heterosexuales.
A partir de aquí y de lo que comparten este tipo de cintas entra el análisis desde el punto de vista científico. La doctora en neurociencia Aditi Subramaniam ya adelantó en un artículo en la revista especializada Psychology Today en diciembre de 2022 las razones por las cuales al público le gustan las comedias románticas. Detalla que “son reconfortantes, obtienes lo que esperas y tratan de emociones universales”, lo que implica que es posible identificarse con los sentimientos que experimentan los personajes.
A estos tres puntos añade que “nos vemos representados” y generan la “suspensión voluntaria de la incredulidad”. Al cumplir unos años se pierde la magia de la infancia; determinadas comedias románticas generan la vuelta a las sensaciones y olores del hogar perdido e incluso a creer por un momento hasta en la existencia de Papá Noel, algo muy habitual en este género que aprovecha el tirón del espíritu navideño.
La experta apunta que este género reconforta, especialmente cuando se está viviendo una etapa conflictiva, difícil o problemática. “A veces, todo lo que necesitamos es esa sensación cálida y confusa en nuestro interior que nos dice que todo está bien en el mundo. No se me ocurre nada mejor que una comedia romántica para hacerlo”, escribe Aditi Subramaniam. También influye el “principio de familiaridad”, lo que responde a por qué se ve la misma comedia en repetidas ocasiones; resultan familiares y se sabe que terminan bien. Precisamente, se busca ese efecto calmante ya que se conoce qué se va a sentir una vez termine la película.
Aditi Subramaniam también destaca que a los espectadores les agrada obtener lo que se espera, es decir, no buscan las sorpresas, tan solo un momento placentero sin giros en la trama que arruinen la experiencia.