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Durante mucho tiempo, Sandra Hüller (Suhl, 1978) se negó a interpretar a personajes nazis o ligados al nazismo. Le costaba, ha dicho en más de una ocasión, el hecho de tener que buscarles el lado humano. No quería. Para algunos, semejante decisión puede parecer poco profesional; para otros, dice mucho de su sensibilidad personal.
Por ello no fue fácil para la alemana reconsiderar su postura y aceptar el papel de Hedwig Höss, la esposa de un comandante de Auschwitz, en 'La zona de interés', de Jonathan Glazer. Basada en una novela de Martin Amis, la película es un escalofriante retrato de la vida idílica de los Höss como vecinos del campo del terrorífico campo de concentración. De manera magistral, Auschwitz se convierte en una presencia maligna que nunca aparece en cámaras pero que puede sentirse a través de los sonidos de las cámaras de gas o los camiones con prisioneros o de la ropa de los ejecutados que les llega a la familia nazi a través de los sirvientes.
¿Qué tuvo que pasar para que Hüller se decidiera a interpretar a esta rubia ama de casa que cuida su jardín, recibe a su invitados, hace picnics con los niños o juega con ellos en la piscina mientras miles de seres humanos son torturados y ejecutados salvajemente a escasos metros de su 'paraíso'? Como le dijo a El Periódico: “Comprendí que, precisamente, es importante poner un rostro humano a la inhumanidad, que tenemos la obligación de seguir recordando lo que pasó en el Holocausto”. Sin embargo, ese ponerle rostro al personaje, no implica para Hüller necesariamente humanizarlo. “Decidí usar mi poder como actriz para privarla de toda capacidad para sentir amor, o alegría, o tristeza, y me negué a meterme en su mente”.
Menos desafiante, aunque seguramente igual de complejo, ha sido para Hüller meterse en la piel de la novelista bisexual Sandra Voyter en 'Anatomía de una caída' la aclamada cinta de Justine Triet. En cinta -escrita por la propia Triet junto a su pareja, el también guionista y director, Arthur Harari- el personaje de Hüller es acusada de matar a su marido, también escritor.
Así, con el entramado de un thriller judicial, la cinta ahonda en los aspectos más oscuros de la 'pareja creativa': el ego, los celos, la rivalidad y la envidia. Todo además con un trasfondo feminista plasmado en la metáfora del hombre caído y derrotado, no se sabe si por sus propias pulsiones o por la voluntad de la mujer a su lado.
Ambos papeles podrían llevar a Hüller a convertirse en la primera actriz en ser nominada al Oscar por dos papeles en sendas películas de habla no inglesa. Además, también podría significar su salto definitivo a Hollywood, aunque no está claro si llamada Meca del Cine americano sea necesariamente de su interés. Ya en los comienzos de su carrera con la cinta 'Requiem (el exorcismo de Micaela)' (2006) y diez años después con la original comedia 'Toni Erdmann' (2016), Hüller gozó de bastante proyección y fue convocada por las grandes productoras, aunque finalmente desistió de pasarse a la industria americana. ¿Será diferente esta vez? Y más interesante aún ¿lo necesita?