Kevin Costner ha vuelto al western a lo grande. El actor y director acaba de presentar en Cannes el primer acto de los cuatro que compondrán 'Horizon: An American Saga', una ambiciosa epopeya cinematográfica que llevaba años intentando poner en pie. Y no ha sido una empresa sencilla. Costner ha tenido que vaciar sus bolsillos, literalmente, pero ni es el primero ni será el último cineasta que se ve forzado a hacer grandes sacrificios económicos para sacar adelante su visión.
El director de 'Bailando con lobos' nunca ha sido un valor seguro en los cines. Sonoros fueron los batacazos en taquilla de proyectos como 'Waterworld o 'El cartero', por lo que convencer a una major de que le diese el dinero necesario para levantar 'Horizon' era una ardua tarea. Por eso decidió financiarla él mismo, al menos parcialmente, poniendo en juego 10 acres de la costa de Los Ángeles y tomando un préstamo sobre su valor en forma de una nueva hipoteca.
La película tendrá que ser un gran éxito para recuperar una inversión personal que, según ha reconocido el cinesta, superará los 1.000 millones de dólares. “A mi contable le ha dado un ataque de nervios”, admite Costner, quien a pesar de todo cree firmemente en lo que considera el proyecto de su vida. Por su puesto, el pago de su salario como actor, productor y director queda momentáneamente suspendido.
"Tengo casas, tierras que son importantes para mí, pero no necesito cuatro casas y he decidido arriesgar esas casas para hacer mi película (...) yo quiero vivir ahí con mis hijos, pero ellos tienen que vivir sus vidas. Si no me equivoco con esto, seguiremos teniendo las cuatro casas, si no, tendrán que buscarse la vida", contaba Costner en la presentación.
En esta misma edición de Cannes se ha presentado la 'Megalopolis' de Francisc Ford Coppola, otro ambicioso proyecto en el que el director de 'El padrino' llevaba cuatro décadas trabajando. El cineasta ya tuvo que hipotecar su vivienda para concluir su mastodóntica 'Apocalypse Now' a finales de los 70, y la historia parece haberse repetido con el que bien podría ser su testamento cinematográfico.
'Megalopolis' ha contado con un multimillonario presupuesto de 120 millones de dólares, debido en parte por el empleo de tecnologías como el LED Volume, usado también en The Mandalorian. Ante la negativa de las majors a involucrarse en el proyecto, todo ha sido financiado por el bolsillo de Coppola, quien vendió en 2021 sus viñedos situados en el valle de Napa, California, y su bodega Francis Ford Coppola Wine, con el fin de poder rodar la película.
Todo para que en su proyección en Cannes la obra fuese recibida con críticas terribles que hablan de un fiasco de proporciones siderales. Sony, NBC-Universal, Warner o Netflix han rechazado hacerse cargo de su distribución por considerarla invendible, aunque las distribuidoras independientes parece que saldrán al rescate de la cinta (en España la distribuirá Tripictures). Sin embargo, las probabilidades de que Coppola recupere la inversión son escasas.
Hipotecarse para sacar adelante un proyecto no es infrecuente en Hollywood. Muchos cineastas se ven obligados a tomar riesgos, pero a cambio disponen de más libertad y confianza para preservar sus ideas. George Clooney reconocía que para su segundo trabajo como director, la aclamada 'Buenas noches y buena suerte', tuvo que pagar la película con una hipoteca sobre su casa. "A veces hay que jugársela y yo siempre apuesto por aquello que me inspira", explicaba el popular cineasta en la Berlinale de 2014.
Por su parte, M. Night Shyamalan, el director de 'El sexto sentido', asegura que hace tiempo que "paga por hacer cine". Aproximadamente desde que hizo 'La visita' en 2015, el cineasta hipoteca su casa para poder tener más libertad creativa: "Así no tengo que pedir dinero y puedo hacer la película tan rara como quiera", se justificaba.
Kevin Smith, icono del cine independiente, no llegó a hipotecar su casa pero en su juventud sí que vendió parte de su extensa colección de cómics, gastó todo lo que tenía ahorrado para sus estudios universitarios y utilizó entre ocho y diez tarjetas de crédito que tenían 2.000 dólares como límite de crédito para poder filmar en solo 21 días y con un presupuesto de 27.000 dólares su ópera prima, 'Clerks'.
Los cineastas patrios también tienen que enfrentarse a dificultades económicas para hacer sus películas. El veterano Fernando Colomo lamentaba en una entrevista en 'El Confidencial' esa idea errónea de que los directores son "millonarios subvencionados". "Muchos promovemos nuestras propias películas y eso te obliga a hipotecar tu casa, incluso a perderla. Estás siempre sin un duro", aseguraba el autor de 'La vida alegre'.