'Rocky IV' fue la película más taquillera de la saga deportiva del 'Potro italiano', la apoteosis de la popularidad del personaje más querido de Sylvester Stallone, pero también fue la que más pervirtió el intimismo callejero de la película original que ganó el Oscar en 1977, la peor recibida por la crítica en su momento. En 1985, con la Guerra Fría entre EEUU y la URSS aún en plena ebullición, Rocky Balboa se convertía en el mejor embajador de la exaltación patriótica norteamericana más hiperbólica al trasladarse a la estepa rusa para tumbar al coloso dopado Ivan Drago y de paso vengar la muerte en el ring de su amigo Apollo Creed.
Hoy 'Rocky IV' es un película emblema de los 80 que tiene que ser contemplada en su contexto histórico para ser plenamente disfrutada, pero si se hace así sigue siendo posiblemente la más entretenida de las cintas protagonizadas por el mítico boxeador, y una de las más queridas por los fans. Stallone es consciente de ese aprecio, y tal vez por eso aprovechó el confinamiento de la pandemia para montar de nuevo la película al completo, una versión nueva que ahora llega a los cines españoles con cerca de media hora de material inédito e incluso con un nuevo título, 'Rocky vs. Drago', pero ¿estamos ante una simple operación cosmética o realmente la maniobra añade algo novedoso al montaje original?
“Esta vez va a ser un drama, sin todas las cosas tontas y superfluas”, advertía el propio Stallone en un documental compartido en Youtube por el cineasta. Y entre esas 'tonterías' eliminadas está el robot con voz seductora que Rocky regalaba a su cuñado Paulie, junto a la subtrama que protagonizaba. Además, gana peso el personaje de Apollo para remarcar el impacto que la tragedia de su muerte tienen en el protagonista, y se reduce al mínimo el tiempo en pantalla de Ludmilla, la esposa de Drago, interpretada por la entonces mujer de Sly, Brigitte Nielsen.
No hay grandes alteraciones argumentales, pero el ritmo es ligeramente distinto, alargando diálogos y miradas, matizando un tanto su estilo de videoclip de la MTV e incluso cambiando canciones -desaparece el 'Hearts on fire' de John Cafferty que cerraba la cinta y es sustituido por el mítico 'Eye of the Tiger' de Survivor que originalmente estaba en 'Rocky III'.
El gran 'highlight' del nuevo montaje, como no podría ser de otra forma, es la lucha final contra Drago, que sigue siendo la mejor rodada y coreografiada de toda la saga. Stallone añade nuevos ángulos de la pelea, aprovechando el abundante material que filmó en su momento, para ofrecer un combate extendido y mejorado.
Más allá de estos cambios, 'Rocky vs. Drago' mantiene todo lo que hizo reconocible al filme original. El entrenamiento agónico en la URSS, la parafernalia comunista como representación del totalitarismo tecnocrático, James Brown cantando 'Living in America' y ese final más o menos reconciliatorio con el púgil de Filadelfia conquistando al frío público ruso, justo en un momento en el que las diferencias entre Occidente y Oriente vuelven a ser irreconciliables. Incluso vuelven las voces en español que pudimos disfrutar en su momento, puesto que el semiretirado Ricardo Solans ha accedido a a volver a doblar a Stallone.