Hace un año todos estábamos en casa encerrados durante la primera ola de la covid-19, pero hace 365 días que la actriz y directora Mabel Lozano (53) salía de su casa rumbo al hospital, pues hacía un mes que le habían diagnosticado cáncer de mama y en plena pandemia acudió al hospital para ser operada. Así lo comunicó en un mensaje desde su cuenta de Instagram con una foto junto a su hija, en donde relataba que todo había salido bien mientras salía del hospital, "los ganglios estaban perfectos y el carcinoma era muy pequeño estaba en estadio I", contó. Ahora, desde su redes sociales, recuerda un año después su operación.
A pesar de la enfermedad, Lozano pasa por un dulce momento profesional. La actriz ha dedicado los últimos años a su faceta como directora y guionista, aunque también a su parte activista frente a la trata de mujeres, que se ha visto plasmada en sus últimos trabajos, como Biografía del cadáver de una mujer, que ganó el premio Goya a mejor corto documental.
Gracias a que su cáncer fue cogido a tiempo y la intervención fue un éxito, quiso concienciar a las mujeres. "Ha sido una suerte impresionante detectarlo y extirparlo. Lo he querido compartir solo para decirle a las mujeres lo importante que es autoexplorarse", comentó por aquel entonces, pues fue precisamente así como se dio cuenta de un pequeño granito que le hizo llamar a su ginecólogo. Ahora recuerda aquel momento de hace un año recuperada, en la que dice que las vitaminas naturales personalizadas que toma le han ayudado en el proceso de recuperación y que ahora se encuentra "mejor que nunca".
Y se lo toma con humor, pues hace referencia a una frase que siempre le dice su marido, que en más de una ocasión le ha repite que se ha "caído en la marmita de Druida, como Obelix". Un año después, la ganadora del Goya recuerda este tiempo como un ascenso en la montaña más empinada. "Hoy hace un año de mi operación de cáncer de mama, sola en el hospital, con miedo de la larga subida al Mulhacén que comenzaba ese día con la cirugía, para seguir con los tratamientos, pero en todo momento con la firme determinación de hacer cumbre", comenta hoy en su Instagram.
Tras este año de lucha hoy por fin su positividad da sus frutos. "Hoy bajo esa montaña feliz, con el viento de cara y disfrutando del paisaje que comparto con tanta gente a la que amo profundamente y que me acompaña en este viaje apasionante que es la vida", relata en su post.
Su marido, el director y productor Eduardo Campoy, y sus dos hijos mellizos han sido su gran apoyo cuando tuvo que pasar por quirófano y en este tiempo de recuperación. En declaraciones a la revista ¡Hola! la directora recuerda que al contárselo a su familia su hija se puso a llorar, pero que haciendo alarde de su optimismo Lozano le dijo que "no va a pasar nada, nos vamos a poner a hacer torrijas". Durante la enfermedad ha reconocido no tener miedo, pero que sí sentía desconocimiento lo que no la frenó para mantener siempre vivo el sentimiento de esperanza.