Ocho preguntas imposibles que le han hecho de verdad a la directora de una funeraria: "¿El gato se comerá mis ojos?"

  • Caitlin Doughty responde en el libro '¿El gato se comerá mis ojos?' a una serie de cuestiones, algunas divertidas y otras no tanto, relacionadas con la muerte

  • Cada día, la directora de funerarias recibe docenas de preguntas sobre la muerte. Seleccionamos las ocho más interesantes

  • La escritora resuelve dudas como por qué el pelo y las uñas parecen más largos después de fallecer o si nuestro cuerpo se levantará una vez muerto

Por lo general, los seres humanos nos interesamos poco por la muerte. La mantenemos alejada porque la tratamos como un tema tabú del que no queremos saber mucho. Ni de ella, ni de todo lo que la rodea. Sin embargo, por este Día de los Muertos, en Uppers hemos decidido romper con esa dinámica y acercárnosla. Al final, lo queramos o no, a todos nos espera el mismo final.

Para ello, hemos recurrido a la directora de funerarias y escritora Caitlin Doughty, quien recibe montones de preguntas sobre la muerte todos los días. Dudas como por qué el pelo y las uñas parecen más largos después de fallecer, si nuestra mascota se va a comer nuestro cadáver o si nuestro cuerpo se levantará una vez muerto. Una serie de cuestiones, algunas divertidas y otras no tanto, que ha recogido en el libro '¿El gato se comerá mis ojos?' (Capitán Swing).

Aquí te contamos las ocho más interesantes con el fin de acercarte la muerte de una manera diferente y, por lo tanto, intentarla hacer más llevadera.

Si al morir estoy poniendo cara de tonto, ¿se me queda así para siempre?

En el caso de que te mueras justo cuando estás poniendo cara de tonto, la respuesta es no. Esto se debe a que cuando fallecemos, los músculos del cuerpo se relajan. Un tiempo que se conoce como flacidez primaria y que hará que las facciones pierdan esa mueca. Así que tranquilo, puedes seguir poniendo las caras que quieras, que no quedarán para la eternidad.

¿Se va a comer mi mascota mi cadáver?

Aquí la respuesta varía en función del animal que viva contigo. Si tienes un gato, puedes estar tranquilo, siempre y cuando no pase mucho tiempo y no le entre el hambre. Tu cuerpo tiene más posibilidades de permanecer intacto si tu mascota es una serpiente o un lagarto, por más que tengan mala fama. Eso sí, si tienes un perro, llegan las malas noticias: seguramente te muerda y te desgarre, pero no por hambre, sino para intentar despertarte. Sabiendo esto, quizá debas replantearte con qué animal compartes techo.

¿Se levantará mi cuerpo una vez muerto?

Por más que en las películas de miedo hayamos visto una y mil veces que los cadáveres resucitan, eso no pasa en la vida real. Elimina ese miedo. Como mucho, tendrá algún espasmo, sacudida o gemido, pero no se levantará ni te hablará. Esto se debe a que una vez muerto, puede ser que el sistema nervioso siga activo y que, minutos después del fallecimiento, se produzcan esos pequeños movimientos. Así que tranquilo, nadie te va a perseguir con un cuchillo después de muerto.

¿Por qué cambiamos de color?

El cambio de color se debe a los diferentes procesos por los que pasa el cuerpo una vez que has muerto. Los primeros que aparecen son los pálidos y tienen que ver con el fin de la circulación de la sangre. Al mismo tiempo, el iris y la pupila se nublarán también. Más tarde, la sangre se acumulará en algunas zonas, generalmente en la espalda, las cuales cogerán un tono morado. Y, por último, cuando llegue la putrefacción, todo cogerá un color marrón verdoso. Así que no te preocupes mucho por el moreno de playa, todos acabaremos igual.

¿Cómo cabe un cuerpo en una urna tan pequeña?

Quizá te has preguntado por qué todos los cuerpos caben en urnas de más o menos el mismo tamaño. Da igual que midiera 1,50 que 2 metros. Esto se debe a que después de la incineración, no queda ni el esqueleto humano completo. La materia orgánica del cuerpo arde y en la urna únicamente habrá fosfatos calcios, carbonatos, minerales y sales. Unos elementos cien por cien estériles con los que, según Caitlin Doughty, puedes hacerte unas croquetas si gustas. Aunque no lo recomienda.

¿Es cierto lo de la luz al final del túnel?

Ante esta pregunta, ni Caitlin Doughty tiene una respuesta contundente. Lo que sí que puede afirmar es que algo parecido tiene que existir, porque han sido muchísimas las personas que han visto la luz al final del túnel cuando se estaban muriendo. Lo que sí que hay son varias explicaciones científicas alrededor que tienen que ver con la liberación de endorfinas en el cerebro, un exceso de dióxido de carbono en la sangre o un aumento de la actividad el lóbulo temporal.

¿A qué huelen los muertos?

En un primer momento, el olor del cuerpo seguirá más o menos igual a como estaba antes de morirse. El problema viene pasado un tiempo después cuando se comience a descomponer. Ahí, según la directora funeraria, el cadáver cogerá un olor a putrefacción muy fuerte que para los humanos sirve para alejarnos de él, pero para otros animales carroñeros es sinónimo de rica comida. Vaya, que no es recomendable tener un cadáver mucho tiempo en casa.

¿Me seguirá creciendo el pelo y las uñas en el ataúd?

Lo sentimos, pero por más que lo hayas oído un millón de veces, no es cierto. Y eso que nos lo llevan repitiendo, por lo menos, desde Aristóteles. Pero como todo, tiene su razón de ser: cuando nos morimos, la piel se deshidrata y retrotrae, lo que hace que, en el caso de las uñas y el pelo, aparezca una parte de ellos que antes no estaba a la vista. Así que quítate ya esa manía de morderte las uñas, que si no en el más allá lo vas a pasar mal.