El divulgador científico José Manuel López Nicolás (51 años) llega puntual a su cita por Zoom, a las 11 de la mañana del día después del debut de España en la Eurocopa. Espera paciente mientras se arreglan unos problemas técnicos y, una vez solventados, reflexiona y sienta cátedra. Suspira y sonríe cuando el periodista empatiza con él por la larga jornada de entrevistas con medios de comunicación que tiene por delante. ¿El motivo? La publicación de su nuevo libro, 'La ciencia de los campeones' (Planeta, 2021), un ensayo en el que analiza pormenorizadamente el papel de la ciencia en algunas de las gestas más importantes de la historia del deporte.
Es el quinto libro de López Nicolás, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad de Murcia, gran aficionado al deporte y reconocido culé -al fin y al cabo, nadie es perfecto-, a quien su mirada científica no le impide disfrutar del deporte como un aficionado más, tal y como él mismo reconoce. Su afán divulgativo le ha llevado a escribir un libro de alcance intergeneracional, con el que aspira a llegar a todo tipo de gente y edades, tanto con conocimiento científico previo como sin él. Insiste en la importancia de una mayor inversión en ciencia y desgrana algunas de las claves científicas presentes en los acontecimientos deportivos clave del siglo XX y XXI.
P. Habla en el epílogo de la importancia de la ciencia en la vida cotidiana y de su afán por intentar que la gente corriente comprenda el alcance de las matemáticas o la química, que llega hasta los rincones más insospechados. ¿Cree que la sociedad valora más la importancia del progreso científico, especialmente después del año pandémico que hemos pasado?
R. Creo que sí, y además no solamente es una opinión. Hace unas semanas aparecieron las encuestas de percepción social de la ciencia por parte de la ciudadanía, en las que se muestra que la gente ha dicho que habría que invertir muchísimo mas en ciencia, porque hemos visto la gran dependencia que tenemos de la ciencia y la tecnología. Ha tenido que llegar una desgracia como el coronavirus para que veamos cómo dependemos de la ciencia y cómo gracias a la ciencia y la tecnología, entre otros factores pero con un papel primordial, estamos saliendo de la situación por el desarrollo de vacunas y fármacos, pero también por el desarrollo de mascarillas o respiradores.
Ese caldo de cultivo que se ha creado a favor de la ciencia hay que mantenerlo, y es importantísimo. No podemos volver atrás, a la situación anterior, nuestras autoridades deben de ser conscientes de eso. Y deben fomentar eso. El libro pretende mostrar a la gente la importancia de la ciencia en su día a día, en sitios donde no se lo espera. En realidad, eso apoya al progreso científico, que la gente vea la importancia de la ciencia en su día a día y sus aficiones. ¿Por qué no aprovechar el deporte que lo siguen millones de espectadores y practicantes para fomentar la cultura científica.
¿A quién va dirigido este libro?
Va dirigido a todo tipo de personas y edades, con conocimiento previo o sin él. Lo que busco es que pueda leerlo desde chavales, para fomentar vocaciones científicas, hasta personas mayores. Si te das cuenta he introducido, a propósito, que los eventos deportivos de los que se hable cumplan un amplio espectro de edad. Puedes hablar de la selección española de futbol de hace unos años, de Rafa Nadal que está en activo, de Lydia Valentín o Carolina Marín que está ahora, pero también se habla de la medalla de Abebe Bikila en la maratón que corrió descalzo en Roma en los 60, y eso la gente más mayor lo recordará perfectamente. He intentado cubrir todo el espectro, tanto en los eventos que se comentan como en el lenguaje que se utiliza.
Leyendo su libro, a uno le da la sensación de que no hay nada que escape de la ciencia. ¿Es ese el objetivo del libro?
Es mostrar que detrás de cada gesta hay un progreso científico. Pero ojo, también es indispensable la calidad del deportista. La calidad del deportista da un valor añadido, porque sin ella sería imposible llegar a los sitios que se están llegando ahora.
Diseccionando las prácticas deportivas como lo hace, ¿sigue siendo capaz de disfrutar del deporte como un aficionado más?
Te puedo asegurar que viendo ayer el partido de España, lo veo con ojos de científico, pero por encima está el aficionado. Lo que pasa es que yo vuelvo a ver los partidos varias veces y ahí voy desgranando poco a poco. Pero la primera sensación, cuando Gerard está a punto de marcar, es la del aficionado. No perdamos la cabeza hasta ese extremo (risas).
¿Qué país encabeza el progreso científico en sus deportistas? ¿Cómo está España a este respecto?
España va paralelamente a la evolución del progreso científico del mundo. Nosotros importamos y utilizamos las zapatillas y la ropa que se produce en otros países, no tiene porqué ser fabricada o diseñada en España. Estamos perfectamente adaptados a la evolución científica y la aplicación del deporte a lo largo de toda la historia. Ahora, otra cosa es el plano estrictamente científico. La ciencia española está todavía bastante alejada de la europea y deberíamos invertir muchísimo mas.
Los países donde aparecen los grandes avances científicos aplicados al deporte son los países donde la inversión en ciencia es mayor. Hablamos de Estados Unidos, Japón… Lo que pasa es que rápidamente lo importamos, pero lo ideal sería desarrollar nosotros esa tecnología y no importarla, pero para eso habría que invertir mucho más en ciencia.
Uno de los puntos que más sorprende es el papel creciente de la psicología en el triunfo deportivo. Queda patente, sobre todo, en el caso de Carolina Marín. Hay toda una estrategia alrededor, desde los gritos para intimidar a sus rivales hasta el papel de Fernando Rivas, un obseso de todo lo que puede controlarse. ¿Es la psicología la ciencia determinante en sus triunfos?
No podemos decir que sea la ciencia determinante porque hay varias. Pero si tuviera que elegir las disciplinas científicas determinantes en los triunfos de Marín serían la psicología, la Inteligencia Artificial y el Big Data. Ella es muy fuerte psicológicamente, analiza a las rivales y sabe cómo presionarlas. Los gritos están muy pensados, está calculado en qué momento deben ser. Su entrenador y el staff técnico también son muy importantes. Se nota que su entrenador es científico, la recopilación de datos que ellos hacen de la rival es brutal. De esta forma, ellos saben en cada momento no solamente cómo juega la rival, que eso es lo fácil, sino que se adelantan a cuáles van a ser sus movimientos en cada momento del partido y según vaya el partido. Y eso es gracias al análisis de muchísimas imágenes, al procesamiento de datos y al estudio. Lo que hace Carolina Marín con su staff técnico es bestial y es algo que pocas veces se ve en otros deportes.
¿Cuáles son las claves científicas que explican la victoria de Nadal sobre Federer en 2008 en Wimbledon?
Una que fue crucial fue la física, por cómo cargó tremendamente sobre el revés alto de Federer. Para eso tienes que utilizar el efecto Magnus [en honor al químico alemán Gustav Magnus] y conseguir el bote tan alto que que obligó a Federer a jugar muchísimo con su revés arriba y le hizo muchísimo daño. Ese efecto Magnus es también el responsable del famoso banana shot de Rafa Nadal, la bola que los espectadores y el rival se cree que van a ir fuera y, en un momento, hace una curva tremenda y cae dentro de la pista. Eso es consecuencia de la diferencia de presiones que hay a los dos lados de la pelota y del efecto que le da y la fuerza que le da.
Otra clave también fue la psicología. Fue un partido tremendamente tenso donde Nadal se puso dos sets arriba y perdió los dos siguientes, y lo normal hubiese sido venirse abajo. Pero él aguantó. Fue un partido en el que hubo muchas interrupciones por la lluvia -de hecho, el año siguiente pusieron el techo corredor allí-. Para aguantar bien esas condiciones hay que estar muy bien preparado psicológicamente. En la evolución que ha habido en el tenis es muy responsable la química de los materiales, que ha afectado tanto a la evolución de la raqueta como a la evolución de las prendas, que ayudan mucho más al rendimiento deportivo porque pesan menos, absorben menos humedad y son más transpirables.
En Rafa Nadal, algo que también es importante es el uso de la nanotecnología que utiliza en su raqueta. Igual que hablábamos de que Carolina Marín, que recoge muchísimos datos, Nadal también llegó a ver cómo la pelota estaba perdiendo velocidad y aceleración. Probaron diversas cosas en la raqueta hasta que al final encontraron que poniéndole unas cintas de plomo, la raqueta pesaba más y la bola salía más despedida. Supo que estaba perdiendo aceleración gracias a la nanotecnología, que son una especie de chips que se incorporan dentro de la raqueta y luego daban información al equipo.
Hablemos ahora de Miguel Induráin. En el capítulo que le dedica, analiza la aerodinámica de su descenso del Tourmalet en el Tour de Francia de 1993 en base a cuatro posiciones en la bicicleta analizadas en estudios científicos. Dadas sus características físicas, ¿qué postura cree que utilizó?
Ya sabes que en ciencia no nos gusta hablar de suposiciones, pero si tuviera que apostar algo, no creo utilizase la postura de Marco Pantani [cargar todo el peso en la rueda de atrás], pero tampoco la más aerodinámica [la espalda lo más plana posible y las manos sobre el manillar], porque necesitas mucha habilidad y agilidad en la bicicleta y no es que él no la tuviera, pero había que tener mucho cuidado porque tenía que poner las manos en el manillar, no estaba tocando los frenos. Gracias al peso que tenía, a su habilidad y a la valentía que tuvo, logró alcanzar a Rominger. Si tuviera que elegir, diría que no fue la más aerodinámica.
En Les Arcs, Induráin vivió su día más negro, con la famosa pájara. Por aquel entonces tenía 30 años. ¿Tuvo que ver la edad?
La pájara de Les Arcs es una de las dudas que dejo en el libro. Todo el mundo empieza a hablar de la forma de alimentarse o hidratarse. Con la experiencia de Induráin es muy complicado que fallara a la hora de la hidratación. Yo creo que la edad no fue determinante, y lo estamos viendo cada vez más. Fue una etapa muy complicada, donde para mí, algo que influyó muchísimo fueron los cambios continuos de temperatura que hubo. Lo mismo estaban subiendo una montaña lloviendo a mares que de momento llegaba el sofoco. Eso a Miguel nunca le vino bien. Nunca le vino bien el mal tiempo, pero peor le vinieron los cambios. Cuando hay esos cambios continuos no es tan fácil seguir las pautas de hidratación y alimentación correctas. El chubasquero fue una rémora también.
Creo que el chubasquero influyó muchísimo y fue la clave de todo. Pero piensa también que los otros ciclistas sufrieron los mismos cambios de temperatura. ¿Hicieron los otros la correcta alimentación e hidratación? Por eso dejo claro que no me atrevo a dar una única razón de la pájara, porque si fuera solo por los cambios de tiempo todos hubieran la hubieran padecido. Los cambios de climatología, el agobio psicológico, la tensión... Se juntaron muchas cosas.
¿Por qué Michael Jordan rehuyó la lógica en la canasta en la final de los playoff contra Utah Jazz?
Él rehuyó lo que científicamente estaba demostrado que funcionaba siempre. Una forma de dar un valor añadido es que puedes hacer las cosas mejor que los demás o distintas a los demás. Si él hubiese decidido hacer las cosas mejor hubiese entrado a canasta y hubiese intentado hacer lo que había hecho siempre. Pero decidió hacer lo contrario a lo que todo el mundo hacía. Hay estudios científicos que demuestran que cuando algo te ha salido bien y estás en los últimos minutos tiendes a hacer eso, no a cambiar. Pero él cambió totalmente: decidió frenarse y no entrar a canasta.
Era un tipo distinto, un genio. Yo siempre digo que la definición de genio que utilizo es una persona a la que se le ocurren cosas distintas a los demás, se atreve a llevarlas a cabo y además le salen bien. Ideas geniales se nos ocurren a todos, se atreve poca gente y a casi nadie le sale bien. A él le salían bien las tres cosas, decidió hacer lo contrario y le salió bien.
Entonces, ¿la genialidad puede ser más determinante que la ciencia?
Los dones se entrenan. Evidentemente, puede tener habilidades que otros no tienen, pero todo está entrenado. Jordan se quedaba después de los partidos haciendo tiros libres y tiros de tres. No solamente porque a él se le ocurriera. Hay que tener una habilidad especial, y no hablo de ser un genio ni tener un don, para hacer lo que hizo en esos cuarenta y cinco segundos mágicos. Tomó las decisiones más correctas y eso es fruto del entrenamiento y sus características especiales.
Realice una radiografía del gol de Iniesta desde el punto de vista científico.
En menos de un minuto hay un montón de disciplinas científicas en aquella jugada. Piensa dónde se desarrolló el partido: es difícil tener un campo tan perfecto cuando se habían jugado tantos partidos y se había llegado a la prórroga. El balón corrió total y perfectamente. En el campo influye la botánica, la biotecnología y la agricultura.
Si alguien ve de nuevo la imagen, verá como a Jesús Navas, cuando empieza la jugada, le agarran y la camiseta se estira. Antes, eso era imposible. Hay una molécula que se llama elastano que permitió que aquella camiseta se estirara mucho más que la camisa que yo llevo. Si no se hubiera podido estirar, no podía haber seguido corriendo.
Luego está la visión periférica, algo que también se entrena. El taconazo que dio Iniesta a Cesc cuando le rodearon los holandeses también se entrena. No sé si Iniesta lo entrenaría, pero ahora hay unas Google Glass que te ayudan a entrenar eso, a saber posicionarte y a cómo ver a tus espaldas y saber lo que está ocurriendo.
Evidentemente, la química de los materiales en el chut de Iniesta también fue determinante, en las botas de fútbol. La violencia con la que remató y dobló las manos al portero holandés, hace unos años, hubiera sido imposible. Y podría hablar de muchas más disciplinas científicas. Pero en el gol de Iniesta hubo nanotecnología, física, química, botánica, biotecnología...
¿Cómo ha influido la ciencia en los triunfos de Ona Carbonell?
En el tema de la natación sincronizada hay muchas cosas que influyen. Es uno de los deportes más exigentes que existen, donde hay metabolismo anaeróbico y aeróbico. Ellas están debajo del agua en apnea en un esfuerzo muy prolongado. El tema del maquillaje resistente al agua también me parece maravilloso, la gelatina que utilizan para el pelo para que no se mueva... Luego, estas cosas se evalúan por los jueces. También la tecnología de los bañadores, con luces led, la preparación física que deben tener para poder soportar esos tres minutos tan intensos, pero también par lanzara las chicas que hacen las piruetas... Me parece uno de los deportes más exigentes que existen, el combinar destreza, fuerza y coreografía en tres minutos a ese nivel tan alto.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido del triunfo de Lydia Valentín?
Dos cosas: una, cómo ella repite muchas veces eso de 'esto no es un deporte de fuerza'. Hay que tener una habilidad y una técnica tremenda. Me ha sorprendido, también, la psicología. Hay que ser muy fuerte psicológicamente para ver cómo rivales tuyas, sabiendo que se están dopando, llegan a lo más alto del podio, les dan la medalla, llegan a su momento de fama y también aparece el dinero y no caer en la tentación de hacerlo también.