Desde la muerte de Antonio Vega el 12 de mayo de 2009, el mundo de la música ha llorado su pérdida. Tras su partida quedaron las canciones, las anécdotas de amigos y algunos escasos objetos personales. Vega se mudaba de forma constante y no era muy de guardar cosas, pero recientemente un reportaje especial de El Pais Semanal desvela una colección inédita del artista.
Tras el incendio de una de sus residencias, se encontraron documentos, fotografías y objetos de Vega que habían resistido al fuego y las cenizas. Ahora, después de más de dos décadas, salen a la luz.
En este baúl de los recuerdos se acumulan testimonios de sus viajes a Bruselas, Berlín o Londres junto a sus compañeros de Nacha Pop, pero también papeles sobre su infancia, de su estancia en la mili, de sus hermanos y seres queridos. Entre las fotografías y escritos aparecen otros grandes nombres como Emilio Aragón, Antonio Flores o Pastora Vega. Y por supuesto, las cartas de amor, como las que mandaba a Marga del Río.
Para la sorpresa de muchos, entre las cenizas y los restos de lo que fue una vida sobrevivieron dos cartas de amor que Antonio mandó a la que fue su segundo gran amor: Marga del Río. Después de mantener una relación con su mujer Teresa Lloret, con la que estuvo 18 años, conoció a Marga. Y aunque no se separó nunca de Lloret y mantuvieron una gran amistad, su vínculo con Marga del Río era intenso.
En una de las cartas de amor que le dedica se pueden leer las siguientes palabras: "Abrí los ojos, sobresaltado, me incorporé. Todavía tembloroso sentí mi corazón latir deprisa, mire a mi alrededor y todo estaba en calma. 'Otra vez la pesadilla', pensé El mal sueño de perderte; sin reconciliar el sueño, cerré mis ojos y reproduje tu figura en mi mente".
El músico continuaba con su declaración romántica: "Ahí estabas tú, con tu pelo luminoso, tu sonrisa cariñosa, tu ingenua inmadurez, tu madura juventud...". Del Río no solo fue la pareja del cantante, sino también coautora de algunos temas del último disco del artista madrileño. La conoció en 1997, ya que después de haber trabajado para Adolfo Domínguez, lo había dejado por un puesto en EMI, la discográfica de Vega.
En 2004, ella falleció tras sufrir un cuadro de encefalitis bacteriana, algo que marcó y dejó destrozado a Antonio Vega el resto de su vida.
Su amor lo plasmó en un disco: '3000 Noches Con Marga' (2005). "Escribí, arreglé y di forma, una a una, a los temas que componen esta obra en un momento en el que, como hoy, mi corazón se hallaba desbordado por el dolor. Todo giraba en torno a la figura de Margarita del Río Reyes, la mujer que me lo dio todo por nada y a la que he consagrado mi vida entera. Lo que me quede, de ella", escribió el autor en el libreto que lo acompañaba.
Entre los documentos rescatados del incendio también han encontrado canciones manuscritas, textos inéditos, poemas, reflexiones, y versos que no llegaron nunca a convertirse en canciones.
Ahora todo vuelve a estar en manos de su familia, que ha querido compartir una parte de estos recuerdos con todos nosotros.