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La imagen que tenemos de Pete Doherty va ligada a los excesos y desenfrenos, marcada por las drogas y el alcohol. Su talento musical llegó a verse empañado por los escándalos y su estilo de vida autodestructivo que ha protagonizado el cantante desde que era un adolescente. El 'enfant terrible' vivió sus horas más bajas con la modelo Kate Moss. Muchos temieron por la vida de ambos hasta que uno de ellos dio un giro radical. Estando ingresado en una clínica de rehabilitación en Arizona, la maniquí rompió con él buscando la recuperación y con la disculpa de tener "varios problemas personales que resolver". Un camino que no siguió el líder de 'Libertines' que continuó con su frenética conducta. Altercados, arrestos e ingresos hospitalarios han marcado casi dos décadas de su vida. Hace tres años, cuando cumplió 40, llegó el punto de inflexión para el artista.
En 2019, en plena gira con su banda, Pete Doherty fue detenido. En plena comisaría se bajó los pantalones y orinó allí mismo, lo que le llevó a estar detenido tres días y compartir celda con 15 personas más.
Hubo algo que hizo click en el artista. Desde entonces, prohibió el consumo de drogas y alcohol a todo su equipo para poder terminar la gira sobrio, y se retiró a Normandía a una finca en el acantilado de la costa francesa que tiene la familia de Katia de Vidas, su mujer. La editora de cine le ha ayudado mucho en este proceso. La pareja se dio el sí quiero hace justo un año en una ceremonia íntima y juntos han creado su propio grupo de rock, 'The Puta Madres'.
En su retiro compagina la música con otra de sus pasiones, la pintura. El músico asiste a una escuela en Normandía aunque su amor por el pincel comenzó en 2005 donde la sangre y las calaveras son el elemento principal y donde tampoco faltan las pipas para fumar crack.
Mucho ha cambiado su vida y su imagen. El británico ha engordado cerca de 30 kilos. Algo que ha impactado sobre manera. "Solo habría motivo para preocuparse si volviera a estar delgado. No hay yonquis gordos", ha explicado de lo más irónico una entrevista que ha concedido a Phillipp Oehmke en 'ABC'.
Pete Doherty lleva limpio sin consumir heroína tres años y medio como ha reconocido él mismo. Mensualmente recibe una inyección de Buvidial, un fármaco que bloquea el efecto euforizante de la heroína y que alivia el síndrome de abstinencia. Además, ha dejado el crack, ha explicado también. Sin embargo, no duda en confesar que echa de menos "la vida de yonki" pero "si veo que en los próximos cinco años no escribo ni una sola canción buena, entonces quizá. Sería un canje: sano o feliz".