Han pasado ya tres años de aquel día triste. Del día en el que Pau Donés murió a los 53 años debido a un cáncer que llevaba combatiendo desde hacía varios años. El vocalista de Jarabe de Palo se fue corroborando el cariño de sus seguidores y de la industria de la música, habiendo disfrutado en sus últimos días del éxito de ‘Eso que tú me das’, el single de su último disco, ‘Tragas o escupes’.
Donés apareció en público con aquella canción, visiblemente agotado por la enfermedad, pero lleno de ilusión porque su música era un homenaje a quienes le habían acompañado en su viaje, especialmente a su hija Sara, entonces de 16 años, a la que definió como el gran amor de su vida.
El artista se convirtió en un ejemplo para muchas personas que sufren la enfermedad por su manera de afrontarla. En su documental, grabado solo dos semanas antes de morir, dio grandes lecciones de vida: “La vida son cuatro días y tres a pasaron. No estemos aquí de mala leche, estemos aquí de buen humor, querámonos. Y si hay algo no te interesa, déjalo de lado”.
Entrevista hermano Pau Donés
La felicidad siempre fue una prioridad para Pau, por eso en ’50 palos… y sigo soñando’, el libro autobiográfico que escribió tras ser diagnosticado de cáncer y donde habló de su vida o de cómo afrontaba su trabajo, dejó unas páginas que son muchos que han marcado. Unas páginas en las que el músico enumeraba los que para él eran los 20 mandamientos necesarios para ser feliz.
Los 20 mandamientos para ser feliz
Que sepamos vivir el presente
Que no perdamos el tiempo pensando en el futuro
Que dejemos de creer en la suerte y creamos en nosotros mismos
Que dejemos de hacer montañas de granitos de arena
Que la tristeza nos dé ganas de reír. Que nos riamos mucho
Que cantemos en la ducha, en los bares, en las bodas, en las cenas con los amigos o donde nos apetezca cuando nos venga en gana
Que aprendamos a decirnos ‘te quiero’ sin que nos dé vergüenza
Que nos besemos, nos toquemos y nos achuchemos mucho
Que nos escuchemos tanto como sepamos compartirnos en silencio
Que nos queramos, a los demás y sobre todo a nosotros mismos
Que nos peleemos lo menos posible. Estar enfadado es una gran y estúpida pérdida de tiempo. ¡A la mierda el ego y el orgullo!
Que nos dejemos de rollos, de chorradas, de hacer ver lo que no somos, que eso no sirve pa’ná
Que le perdamos el miedo a la muerte, pero también le perdamos el miedo a vivir
Que decidamos por nosotros mismo, que nunca dejemos que los demás decidan por nosotros
Que cuando la vida nos cierre una ventana sea cuando más abramos las alas para romper el cristal y salir volando
Que las cosas nos lleven adonde sea, pero que nos vayan bien
Que los cerebros de zafios, hipócritas, memos, mamelucos, corruptos, pesaos, estúpidos, tocapelotas, mentirosos, gilipollas… se reprogramen y entiendan que en la vida no hace falta ser así, que la vida va de otra cosa
Que a las penas, puñaladas y al mal tiempo, buena cara. O mala, que tampoco pasa nada
Que la vida sea siempre un sueño
Y, en fin, que a la vida le demos calidad porque belleza sobra