Imagínate que estás en el pub de tu pueblo tomando unas cervezas de buen rollo con tus colegas, y de repente entra por la puerta como si tal cosa Brian Johnson, el cantante de los legendarios AC/DC, se pide un trago y empieza a charlar con el personal como un parroquiano más. Pues eso es lo que pasó el pasado fin de semana en The Kings Arms de Polebrook, un pueblo de apenas 500 habitantes en Northamptonshire, la zona central de Inglaterra, según ha informado la cadena británica BBC News.
Al parecer, el rockero, de 75 años, estaba probando el coche de un amigo, "se perdió un poco" y acabó algo desorientado. Johnson pasó unos 45 minutos en el establecimiento bebiendo una copa de vino blanco y hablando con los empleados, sobre todo de coches, pero también sobre la receta de salsa de tomate de su madre.
Ollie De Gaunza, empleado del Kings Arms, que está construido en un edificio reformado del siglo XVII, no dudó en compartir una imagen de Brian en la cuenta de Facebook del local. El camarero, que es fan de AC/DC, comentó que la visita fue "muy inesperada en una tranquila tarde de sábado", y calificó a Johnson como "un tipo muy agradable con los pies en la tierra".
Esta simpática anécdota con Brian Johnson se produce semanas antes del esperado regreso de AC/DC a los escenarios. La cita será este otoño en el festival Power Trip, que se celebra en Indio, California, concretamente en el mismo recinto que Coachella. El evento, que tendrá lugar los días 6, 7 y 8 de octubre, reunirá a Guns N' Roses, Iron Maiden, Judas Priest, Metallica y Tool, además de a la banda australiana.
Según los rumores, el Power Trip sería el primer paso de una gira mundial que emprenderían los chicos liderados por Angus Young de cara al próximo año, una vez que el vocalista ya está plenamente recuperado de la pérdida de audición que le hizo perderse la gira de 2016 de la banda, en la que fue reemplazado por Axl Rose.
Entonces Johnson, que había sido el cantante de AC/DC desde que en 1980 reemplazara al difunto Bon Scott, se vio obligado a abandonar las actuaciones en directo para no arriesgarse a una pérdida auditiva total. "Es un alegrón volver a oír las guitarras tras haberme quedado sordo", reconocía el vocalista en la autobiografía publicada este año, 'Las vidas de Brian'.