Eminem, Bruce Springsteen o Coque Malla: cuando los políticos les roban las canciones a los músicos

Música y política han mantenido históricamente una relación tormentosa. Sobre todo cuando la segunda ha tratado de apropiarse de la primera. Y sin pedir permiso. El último ejemplo de una larga tradición lo ha protagonizado el rapero Eminem, que se ha visto obligado a pedir al precandidato republicano a la presidencia de EEUU Vivek Ramaswamy que deje de usar sus canciones durante su campaña electoral. Pero la historia de los políticos que robaban las canciones a los músicos viene de muy lejos.

Himnos retorcidos en campañas políticas

La primera gran controversia en la era moderna llegó en los años 80 e involucró a uno de los más grandes éxitos de aquella década, el 'Born in the USA' de Bruce Springsteen. El rockero de New Jersey compuso aquel tema como una reflexión herida sobre el trato dispensado a los veteranos que regresaban de Vietnam, pero fue entendida por muchos como un exaltado canto patriótico. Ronald Reagan aprovechó para utilizarla en sus mítines políticos de 1984 citando al 'Boss' como un modelo a seguir por los jóvenes estadounidenses. Pese a que las auténticas intenciones de Springsteen habían sido retorcidas, el tema volvería a ser usado muchos años después por Donald Trump, auténtico especialista en piratear a los clásicos del rock sin su aprobación.

Otro tótem del rock americano, Neil Young, tuvo que alzar la voz cuando Trump se agenció en repetidas ocasiones de su himno anticapitalista, 'Rockin in the Free World', en los eventos de campaña. El músico canadiense dijo que “su conciencia” no le permitía dejar que “usaran su canción como ’canción tema’ de una campaña que dividía, que era antiestadounidense y de ignorancia y odio”.

La carta blanca que dan los derechos de autor

Pero la lista de 'víctimas' del magnate republicano es larga. Los Rolling Stones amenazaron con demandarle si insistía en seguir utilizando su himno 'You Can't Always Get What You Want', que fue el tema estrella que sonó por los altavoces tras el discurso que pronunció al proclamarse ganador de las elecciones de 2016. La británica Adele tampoco disimuló su rabia cuando descubrió que su tema 'Rolling into Deep' sonaba regularmente en los mítines de campaña de Trump. Aerosmith ('Dream On') o R.E.M. ('It's the End of the World As We Know it (And I feel fine)') también fueron saqueados sin contemplaciones por el expresidente.

Por otra parte, George W. Bush usó 'I Won’t Back Down' de Tom Petty durante su campaña del año 2000, pero fue obligado a dejar de hacerlo tras recibir una carta de los representantes del músico. Ocho años después, el republicano John McClain intentó rescatar el mismo tema con la esperanza de hacer frente a Barack Obama en la carrera por la Casa Blanca, pero Petty volvió a impedir que su clásico fuese manoseado.

Pero aunque suelen ser los candidatos republicanos quienes más problemas tienen para que los artistas apoyen su causa, los demócratas también tienen lo suyo. El propio Obama, en la ya mencionada campaña de 2008, contó con el apoyo de gente como Springsteen, John Fogerty o Pearl Jam, pero no con el de Sam Moore, quien le pidió que dejara de emplear la canción 'Hold on, I'm Comin', de Sam & Dave.

Técnicamente, los derechos de autor en EEUU dan carta blanca a los políticos para usar en sus actos electorales música grabada, siempre que el lugar del evento tenga licencia de alguna de las asociaciones de compositores del país. Sin embargo, el artista tiene derecho a quejarse si cree que su reputación o su imagen puede resultar dañada por el uso de su obra sin permiso expreso.

Mítines y jingles políticos, también en España

En España también ha habido casos sonados de uso no autorizado de música en mítines de políticos cuyos postulados ideológicos, para más inri, nada tenían que ver con los de los autores de las canciones. Coque Malla denunció el uso de 'No puedo vivir sin ti' en un multitudinario mitin de Vox, aclarando que la canción compuesta para contar la "relación homosexual entre dos amigos muy queridos" que lo pasaron "realmente mal por culpa de la intolerancia y de la estupidez homófoba".

En 2015, la entonces dirigente del PP María Dolores de Cospedal utilizó sin permiso el tema 'Fantastic Shine', del grupo Love Of Lesbian, en un spot electoral para una campaña autonómica en Castilla La Mancha. El grupo reaccionó publicando un tuit con el enlace a su tema 'Mal Español', en el que se habla de la corrupción.

Leiva montó en cólera cuando desde el PP relacionaron a Isabel Díaz Ayuso con su tema 'Lady Madrid'. "Nunca me sentí propietario de esa canción, siempre fue de la gente. No la manoseen. No se adueñen de ella. No les pertenece", escribió el cantante. Macaco se mostró especialmente irritado cuando el PP utilizó en unas elecciones catalanas su tema 'Seguiremos'. Aunque peor fue cuando Falange Española usó de sintonía de un spot para las elecciones europeas su popular 'Moving'.

Pero el asunto no afecta solo a los partidos de derechas. El PSC utilizó en una campaña electoral el tema de Sidonie ' Estáis aquí' para ambientar uno de sus mítines. Al grupo no le gustó. “A nosotros no nos hace ninguna gracia que un partido político, sea cual sea, use una canción nuestra en sus mítines, y menos todavía que no nos lo hayan consultado”, publicaron en su perfil de Facebook.

Y también es memorable aquella intervención en el Congreso del entonces vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, citando una de las canciones de Amaral, 'Sin ti no soy nada' para responder al PP. "Mira amigo, no me toques los huevos, las canciones son de todos", reaccionó Juan Aguirre, guitarrista del dúo.