A veces, el orgullo de familia se desborda y alcanza a todos los miembros de un clan. Es el caso de Antonio Carmona, su hija, la cantante Marina Carmona, y sus dos abuelas. En las redes sociales del cantante, el artífice de Ketama habla de estos sentimientos: "Una foto que llena de alegría mi corazón. Mi @marinacarmona y sus dos abuelas gozando de su concierto".
El cantante finaliza su publicación reinvindicando la alegría conjunta de las viejas y jóvenes generaciones: "Verlas juntas me hace sentir agradecido por la familia que tengo", afirma cerrando la frase con un revelador corazón. La foto se tomó durante el concierto que Marina Carmona ofreció en Recoletos Jazz Madrid, club de la capital donde presentó los temas de su primer álbum.
En Marina Carmona concurren dos familias unidas por el arte, aunque de distinta manera. Su abuela por parte de madre es Matilde Amaya, esposa de Juan Carmona 'El Habichuela', una de las grandes leyendas de la guitarra flamenca, aunque siempre estuvo abierto a otras tendencias musicales, algo que, años más tarde, conformaría el estilo de Ketama. Amaya vivió los primeros años de su matrimonio en Granada antes de trasladarse a Madrid. Siempre ejerció de matriarca del clan, celosa de las costumbres gitanas. De hecho, no acogió de buen grado a Mariola Orellana, madre de sus nietas Marina y Lucía Fernanda. Hoy, en cambio, son inseparables. Amaya es una excelente cocinera y quien quiera probar su arte culinario puede hacerlo a través de su libro de recetas, 'La cocina gitana de Matilde Amaya'.
La madre de Mariola Orellana fue más permisiva que Matilde. En el caso de esta familia, fue el patriarca de los Orellana, un conocido representante de artistas flamencos nacido en Sevilla, quien lo puso difícil. Mariola es la octava de diez hermanos y la que aceptó seguir con la actividad familiar, aunque se formó como enfermera y no se dedicó a la música hasta que se separó de su primer marido y empezó una nueva vida en Madrid. Fue en esos años cuando montó, junto a su inseparable amiga Piedy Aguirrre (hermana de Esperanza Aguirre), la sala Caracol, un referente del Nuevo Flamenco.
A Marina Carmona la música le ha acompañado toda su vida. Pertenece a la saga de artistas Los Habichuela, pero la sangre no le ha bastado para subirse a los escenarios. Se ha formado de manera exhaustiva: con 18 años se fue a Miami para centrarse en las clases de canto y piano y en el teatro musical. Empezó por los clásicos, al margen del flamenco, donde se le encasillaba de manera natural.
Aprovechó para formarse bien y, como resultado, le ofrecieron una beca para estudiar en el Berklee College of Music (Boston), pero prefirió volver a España, donde empezó a trabajar como corista en las giras de su padre. Desde entonces, no ha hecho más que crecer en un estilo que define como flamenco fusión, con toques de bossa nova, boleros y canción francesa, esa, que, según dice, siempre le ha acompañado.
En su última actuación, tuvo la "valentía", según explica en sus redes el propio Antonio Carmona, de cantar los temas clásicos de la 'chanson' francesa antes de haberlos grabado. Quienes estuvieron en el recital hablan de una noche inolvidable: elegancia, arte y una voz única. Larga vida a Marina Carmona.