Muere Françoise Hardy a los 80 años: cinco 'chansons' con las que te enamoraste

Solo por esto los 60 merecen ser la auténtica década prodigiosa: todas esa chicas francesas, tan susurrantes, tan frágiles, tan ateridas de ansiedad. Ha muerto Françoise Hardy y todos los chicos y las chicas de su edad lloran. Aunque ella misma llevará años, demasiados años, necesitando morir. Así lo ha anunciado, Thomas Dutronc, el único hijo que tuvo junto a Jacques Dutronc, otrora 'enfant terrible' y por supuesto maltratador psicológico con el que tuvo una relación que ella misma calificó de 'masoquista'.

Sus días se habían convertido en 'un infierno' debido al linfoma de Hodgkin, terrible condena para una artista que hizo de su voz un emblema de esa fragilidad tan cara al macho europeo de mediados del siglo XX: delicada hasta lo infantil, hipersexualizada, funcional al malditismo de los Gainsbourg (un genio, su gran amigo) o los Dutronc (un pelotudo).

Siempre ubicada en la misma sección del escaparate que Jane Birkin (a la que no le hacía falta ser francesa para ser francesa) o a Brigitte Bardot, Hardy fue rabiosamente tímida y bastante excéntrica en ese sistema solar: tenía manías frikis como la astrología, de la que llegó a escribir libros y a apresentar un programa de radio. Tuvo también un paso por la actuación, pero 'respetaba mucho' la profesión como para seguir ese camino. La ansiedad, su extrema timidez y su temperamento autocrítico la convirtieron, con el paso del tiempo, en una anti estrella, que sin embargo no dejó de habitar la imaginación de sus fans.

Aquejada de cáncer desde 2015, a finales de 2023 llegó a enviar una carta abierta dirigida a Emmanuel Macron, en la que reclama una muerte digna: la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido en su país. “La enfermedad destruye la mente -declaró en ese momento- después de 55 sesiones de radioterapia, he perdido la memoria de demasiadas cosas y la falta de equilibrio reduce al máximo mi capacidad de moverme". Ahora ha muerto y a todas luces es mejor así.

Estas son algunas de sus canciones emblemáticas:

Tous les garçons et les filles

Un auténtico himno generacional. Puro existencialismo ye-ye. La melancolía de ver que 'todas los chicos y las chicas de mi edad' lo pasan bien menos yo. Hay cosas que no cambian nunca, como la adolescencia. La canción fue un clásico instantáneo desde su lanzamiento en 1962.

Le temps de l'amour

Un tema que podría figurar en cualquier película de Tarantino, por su aire de rockabilly sofisticado y que anima a la aventura no sin cierta sordidez. La típica canción que te imaginas bailando en minifalda con botas hasta la rodilla, un pitillo entre los labios y una 38 en la mano.

Message personnel

Las viejas canciones 'rapeadas' de los 60 -'Je t'aime moi non plus' sin ir muy lejos- tienen la cualidad extraordinaria de parecer que, de hecho, están siendo dichas solo para nuestros oídos. La irrupción melódica que ataca en la segunda parte de este 'mensaje personal' lo impregnan además de un dramatismo que solo podía darse en esos tiempos.

Mode d'emploi?

Esta canción es la única de la lista que no pertenece a la década prodigiosa. Apareció en el disco 'Le danger', de 1996, y es deliciosamente rocker. Un reclamo a esa vida que pasa sin darte instrucciones de uso y que te arroja a una inapelable verdad: La indiferencia puede muy bien servir como salvaguardia...

Comment te dire adieu

Entre las muchas versiones de esta canción - escrita por Arnold Goland y Jack Gold y grabada por primera vez en 1966- nos quedamos con la que hizo a dúo junto a Jane Birkin, entonces compañera de Serge Gainsbourg, a la sazón, autor de la versión de la letra en francés. "Cómo decirte adiós, estás en mi lista negra, en mis noches blancas, en mis mañanas grises y azules".

Cómo decirte adiós.